El creador francés Mohamed El Khatib lleva el teatro a las salas de los museos en el montaje "Gardien Party", que se estrena en el MNAC, y Alan Lucien Oyen, uno de los artistas más innovadores de la escena internacional, combina danza, teatro y cine en "Story, story, die", ambas dentro del Grec Festival de Barcelona.

Dos obras internacionales que se podrán ver esta semana en el festival de verano barcelonés y que son un buen ejemplo de la interrelación entre géneros artísticos con la que juegan muchos de los creadores contemporáneos, según ha señalado este martes el director del festival, Cesc Casadesús.

"Gardien Party", que como "Story, story, die" se representará los días 5 y 6 de julio, pone en el centro de la escena a seis vigilantes que trabajan en diferentes museos del mundo, "personas que generalmente no vemos, por muy cerca que estén de nosotros", según Mohamed El Khatib.

El autor, que es director de teatro, cine y televisión, suele trabajar con actores no profesionales que se interpretan a si mismos.

En esta ocasión, ha elegido vigilantes de museos porque le gusta "escuchar otras historias, no las dominantes, escuchar las historias que normalmente no se cuentan en el escenario".

El caso de los vigilantes de museos es paradigmático, según el creador, porque "la gente va a los museos a mirar y, sin embargo, no ve a las personas que trabajan allí".

En el estreno en Barcelona de "Gardien Party", los espectadores entrarán en el MNAC y, cuando estén frente al cuadro de Miró situado cerca del restaurante, los vigilantes les obligarán a detenerse y a escucharles, de manera que, "por una vez eclipsarán las obras que suelen eclipsarles a ellos".

Los vigilantes cuentan en escena cómo es su trabajo, qué cuadro les gusta más y qué tipo de público prefieren, entre otras muchas cosas.

Reflexiones que pocas veces tienen la oportunidad de compartir y con las que consiguen "cambiar la mirada del espectador y provocar un cambio a pequeña escala porque, en general, las personas que ven esta obra modifican, a partir de ese momento, la manera como tratan a los vigilantes de museo, que en ocasiones viven la humillación de ser ignorados o, lo que es peor, escuchar cómo hablan de ellos en su presencia, como si no fueran personas".

Durante los mismos días, en el Mercat de les Flors se podrá ver "Story, story, die", una pieza de danza y teatro con una puesta en escena muy cinematográfica, en la que Alan Lucien Oyen reflexiona sobre la dicotomía entre amor y mentira.

"El amor y la mentira están muy relacionados -ha defendido hoy Oyen-, mientes para no perder el amor y te pones una máscara para encontrarlo".

"Amor es también lo que buscas cuando te muestras en las redes sociales, quieres que te quieran, por eso sólo enseñas lo que crees que va a gustar", ha añadido.

Estas diferentes maneras de mentir por amor están presentes en la obra, en la que siete intérpretes bailan y se representan a sí mismos.

"Los temas que tratamos son asuntos que han surgido en las conversaciones que tenemos entre los miembros de la compañía y, además, los bailarines también participan en la creación de los movimientos, de manera que, finalmente, hay mucho de ellos en lo que interpretan y bailan desde el corazón", ha revelado.

Alan Lucien Oyen vive un momento dulce, profesionalmente hablando, y acaba de estrenar "The american moth", una representación multimedia que habla sobre las relaciones intergeneracionales y tiene entre sus protagonistas a la actriz Liv Ullman.

"Es una mujer de 83 años que conserva una flexibilidad envidiable y una gran fuerza, y que ha sido de gran inspiración para mí", ha confesado.

También ha trabajado recientemente con compañías de mucho prestigio, como la Nederlands Dans Theater y la de Pina Bausch.