Ya son gratis, las autopistas que enlazan el norte, centro y oeste con Barcelona, Tarragona y la Junquera. Se han liberado más de 500 km de autopistas, pero el Gobierno elabora un plan de pago por todas las autovías para 2024.

El trayecto Madrid- Barcelona será gratuito

Levantadas ya las barreras los peajes que hay entre Zaragoza y la costa mediterránea, la AP-2 completa y la AP-7 entre Tarragona y la frontera de la Junquera . Supone para los automovilistas un ahorro de 25,95 el primero y de 25,75 el segundo. Se abre también la C-32 y la C-33 de la Generalitat. Son más de 550 kilómetros que a partir de ahora quedan fuera de pago después de 50 años, al finalizar la concesión. Por estas autopistas circulan 220.000 vehículos al día. La eliminación de estos peajes favorece a todos quienes vayan desde el norte, centro y oeste a Barcelona o la Costa Brava o dorada. Por ejemplo, todo el camino Madrid-Barcelona será gratuito.

“El Estado recauda lo suficiente para mantenerlas”

Quienes más lo celebran son los transportistas, sobre todo por la AP-7, por ella transitan diariamente más de 12.000 camiones, camino a los mercados europeos. Les supondrá un alivio económico de un gasto que calculan es de 1.900 euros al año. Juan José Gil secretario general de FENADISMER (Asociación de Federaciones de Transportistas de España) explicaba en COPE que “la eliminación de peajes se produce en vías suficientemente amortizadas durante 5 décadas, por tanto corresponde por ley”.

El Estado tiene que asumir ahora el mantenimiento de estas vías, pero según Juan José Gil, el coste es perfectamente asumible “hay un impuesto afecto a la carretera, el de hidrocarburos, cuando más transitas más carburante consumes y más pagas de impuestos. Anualmente el Estado recauda 14.000 millones de Euros vía impuesto hidrocarburos cuando el gasto en mantenimiento no llega a 3.000 millones”.

Pagaremos por todas las vías rápidas

Se han liberado estos más de 500 km de autopistas, pero el Gobierno elabora un plan de pago por todas las autovías para 2024 algo que también, rechazan los transportistas, “España es un país periférico con productos de bajo valor económico y perderemos competitividad” y aluden también a la seguridad vial, “imponer estos peajes supone un trasvase de tráfico a carreteras nacionales, habrá una mayor congestión y en unas carreteras con mayor siniestralidad”.