Los precios siguen subiendo. Ya van cuatro meses consecutivos de incrementos. El Índice de Precios al Consumo (IPC) subió en abril un 1,2% con respecto al mes de marzo y la tasa interanual quedó en el en el 2,2%, un nivel que no se veía desde hacía dos años, más en concreto, desde octubre de 2018 según cifras del Instituto Nacional de Estadística.

¿Qué provocó este fuerte repunte de abril? Sin duda, el encarecimiento de la electricidad y el mantenimiento de los carburantes. El mes pasado la factura de la luz subió un 12% por el encarecimiento del gas por la fuerte demanda asiática y de los derechos de emisión de CO2. Hace un año la energía estaba más barata porque lógicamente la demanda se hundió debido al confinamiento y a la paralización de gran parte de la actividad económica.

¿Qué está más barato que hace un año? Pues los alimentos frescos que experimentan una caída de los precios en un 1% con respecto a hace un año, sobre todo por el abaratamiento de las frutas y verduras, y la menor subida del precio del precio de las legumbres o el pescado. También bajan los precios de ocio, cultura, restaurantes o paquetes turísticos con respecto a hace un año.

¿Van a seguir subiendo los precios?

Sí, la tendencia es al alza, según señalan los expertos, porque con el fin de estado de alarma se espera un incremento de la demanda, del gasto, del consumo... pero es importante fijarse en la inflación subyacente que es la que excluye los productos más volátiles en sus precios como es el caso de la energía y los alimentos no elaborados. Aquí vemos que el IPC quedó en abril en una tasa del 0,0%, o lo que es lo mismo, los precios siguen contenidos. Como señala Gonzalo Gómez Bengoechea, profesor de economía de Comillas Icade "si seguimos moviéndonos en esos niveles bajos de inflación subyacente no tenemos porqué preocuparnos" Por tanto, los precios seguirán al alza pero lo que se espera es que terminen el año por debajo del 2%