Hace ya un año de la entrada en vigor de la reforma laboral que ha potenciado la contratación indefinida y ha reducido el número de contratos temporales. Los datos publicados por la Seguridad Social muestran como la desaparición de esta última modalidad se ha multiplicado por siete el número de despidos que se producen durante el periodo de prueba y se han incrementado casi un 94% los despidos por causa disciplinaria en comparación a 2021.

En COPE hemos hablado con Jorge Puente, Letrado asesor del Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos de España, quien ha explicado que ante la falta de alternativas que está dejando la reforma laboral, algunas empresas están utilizando el contrato indefinido como eventual. “Al final acaban buscando metodologías para la extinción de los contratos indefinidos que atienden a necesidades temporales. Y las únicas vías son no superar el periodo de prueba y el despido disciplinario”, cuenta el socio de Puente Legal Abogados.

Estas dos causas de despido no traen consigo ningún tipo de indemnización. “Antes la finalización de un contrato temporal tiene una indemnización legal de 12 días por año trabajado.Ahora, tiene un coste cero para el empleado”, explica el abogado laboralista. “La única manera que existe para que se le pague es que haya una calificación de improcedencia. Algo que muchas veces no compensa reclamar porque además de que el tiempo de espera puede ser de un año, el abogado ya le sale más caro de lo que vaya a recibir”, añade.

La reforma laboral pretendía garantizar la estabilidad en el empleo, pero está teniendo el efecto contrario. “Antes el 90% de los contratos eran temporales y el 10% restante indefinidos. La ley establecía que cuando en un periodo de 30 mes, de forma continua o discontinua, se había estado trabajando en una misma empresa durante 2 años ese trabajador adquiría la condición de indefinido. Por lo que la proporción pasaba a ser un 75% de contratos indefinidos frente a un 25% de temporales. Ahora las estadísticas son de 35% frente a 65%, es decir, la temporalidad ha subido un 10%”, explica el experto laboral.

Para ponerle solución a esta situación, en vez de hacer más atractivos los despidos, se debería incentivar la estabilidad en el empleo. “Para ello es recomendable que las empresas tuviesen menos impuestos y más bonificaciones a fondo perdido para destinar a la formación y a la contratación de personal”, declara Jorge Puente.