Este lunes se cumplen los cinco años con el CGPJ bloqueado. "El problema es que los ciudadanos confundan la situación y crean que en los juzgados se hace política", dicen fuentes del Consejo a Patricia Rosety. La Justicia se sigue trabajando.

El problema principal está en el Tribunal Supremo con 23 vacantes que no se pueden cubrir y los retrasos se suceden. El año finalizará con unas 1.200 sentencias menos tan sólo en las jurisdicciones social y contencioso.

En los Tribunales Superiores y Audiencias Provinciales pueden continuar en funciones, en el Tribunal Supremo, no. La cuestión está en el impedimento de hacer nombramientos, no en la no renovación.

La carrera judicial está parada, bloqueada, no se puede ascender.

En el Consejo General del Poder Judicial no esperan la renovación, no ven ninguna voluntad política. Y si la desaparición del delito de sedición fue un obstáculo, ahora, con la ley de amnistía lo ven más complicado. Insisten en que no es culpa de ellos que no se renueve, y no les gusta que se cuestione su legitimidad. Están prorrogados. Desde dentro, siguen trabajando, hacen lo que pueden, pero no les gusta que les cuestionen la legitimidad. Si no ha habido renovación, es responsabilidad del Parlamento.

"Lo que está claro", dicen fuentes del Consejo a la jefa de Tribunales de la Cadena COPE, Patricia Rosety, es que “nos hemos comido un mandato”. Pesimismo, desastre, hartazgo o incertidumbre son las palabras más utilizadas para describir la situación. Da igual que sean progresistas o conservadores. En esto hay unanimidad.

---

---