Las claves del fondo de reconstrucción europeo: ajustes y recortes en el horizonte de España
El fondo de reconstrucción europeo que negoción este fin de semana en Bruselas los líderes de los 27 países miembros, dibuja ajustes y recortes en el horizonte de España
Redactor
Tiempo de lectura: 3'Actualizado 11:23
España se juega hoy sábado en Bruselas gran parte de nuestro futuro económico para poder salir adelante de la crisis en la que nos encontramos tras la pandemia del coronavirus. Allí tendrá lugar la segunda jornada de una cumbre que comenzó este viernes y que ha congregado a los 27 líderes europeos, con la intención de aprobar el fondo de reconstrucción y el presupuesto plurianual de la Unión Europea para los próximos años.
Oposición de los países 'frugales' a que Europa "regale" el dinero
De momento las expectativas no son nada halagüeñas para nuestro país. Las posturas de los países miembros están muy alejadas, especialmente las de los denominados países ‘frugales’, todos ellos del norte: Holanda, Dinamarca, Suecia y Austria, los cuales, en sus economías domésticas mantienen un importante control del gasto.
Por ello, estos cuatro países no están por la labor de que Bruselas reparta 750.000 millones de euros, 500.000 millones en subvenciones y los 250.000 restantes en préstamos, según las propuestas de la Comisión y el Consejo Europeo, entre todos los países de la UE, quieren que esa cantidad sea menor, pero, además, tampoco parecen que vayan a aceptar que estas cantidades sean transferidas sin más. Esta misma posición mantiene también Finlandia.
De hecho, los países ‘frugales’, con Holanda a la cabeza, están exigiendo que tengan una serie de condiciones para todos los países que reciban ayuda de este fondo. Es decir, dinero de Europa a cambio de reformas. Es más, exigen incluso poder controlar el destino este fondo, así como exigir las reformas que estimen necesarias en cada país. Esto supondría que nuestro país perdería parte de su autonomía económica, algo por lo que el Gobierno de Pedro Sánchez parece no estar dispuesto a pasar.
En principio, el dinero que llegue a España a través de este fondo se deberá destinar a financiar proyectos con fines sanitarios, programas de apoyo al medio ambiente o economía verde o el estímulo a la inversión privada dentro de los países que reciban las ayudas.
De los 27, el nuestro sería detrás de Italia, el país que más dinero recibiría, en principio, de este fondo, ya que es también, detrás de los alpinos, el más afectado por el coronavirus. En concreto, con la propuesta inicial de la Comisión y el Consejo Europeo, España recibiría 144.000 millones de euros, que tendría que empezar a devolver en 2028 según la propuesta de la Comisión. Eso sí, este es otro de los puntos que deben también acordar, puesto que países como Alemania defienden que se empiece a pagar cuanto antes, en principio cuando entre en vigor el presupuesto plurianual, mientras que, la postura española es intentar que se retrase el inicio de esta devolución lo máximo posible.
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Acudimos al #EUCO con el ánimo de lograr un buen acuerdo. Necesitamos un Fondo de Recuperación que transforme nuestras economías para hacerlas mucho más resilientes, verdes, digitales e inclusivas, donde la cohesión territorial y social sea uno de los principales objetivos. pic.twitter.com/XxdwainEqP
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) July 17, 2020
Ajustes y recortes en el horizonte de España, para devolver el dinero a Europa
Sea como fuere, lo que está muy claro es que el Gobierno de Sánchez va a tener que aceptar acometer una serie de reformas como condición ineludible para recibir este fondo de ayuda europeo. Y a menos de que nos sorprendan con algún conejo que saquen de la chistera, parece que la bajada de sueldo de los funcionarios y los recortes de pensiones son dos de las medidas que va a tener que poner sobre la mesa el Ejecutivo de PSOE y Podemos, pues sólo con subida de impuestos a las grandes empresas y las rentas más elevadas es imposible hacer frente a la devolución del dinero que nos prestará Europa.
El horizonte parece dibujarse muy gris, con ajustes y recortes sí o sí, y con la necesidad generalizada de apretarse el cinturón ante lo que se nos avecina, pues es en otoño cuando se espera que el impacto de la crisis se note con mayor fuerza.
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