Uno de los pilares del 'caso Mediador' es el general Espinosa Navas. Declaró ante la juez que recibía regalos de los empresarios que iban a su despacho. Cree la juez que ese dinero del antiguo jefe de la Guardia Civil de Las Palmas es de origen ilícito, según el auto de ingreso en prisión. Es el único encarcelado de la trama por ahora.

Las pesquisas continúan abiertas, varios tomos permanecen bajo secreto y no se descartan más detenciones. Hasta ahora se han producido una docena. En poder del general se encontraron durante los registros 61.000 euros en fajos de billetes de 200 y 50 en una caja de zapatos y entre la ropa de un cajón. Todo en su domicilio de Madrid. Se revisan ahora sus gestiones incluso durante el período que dirigió una misión europea en países africanos.

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A 'Papá', así le llamaban los demás, le conoció 'El Mediador' durante un viaje a Valencia. Se encontraron ambos en un restaurante. En una de las mesas estaba el propio Marco Antonio y sus acompañantes. Muy cerca estaba el general y uno de los empresarios ahora arrestado, José Santiago Vicente, al que se refieren como 'Pepe Drones' por su especialidad empresarial. Cuentan en el entorno de 'El Mediador', que al oír un comentario despectivo sobre los canarios terminaron enzarzados en una discusión en la que Navarro y el general se descubrieron mutuamente. Ahí empezó todo.

La amante

En un auto dictado el pasado 16 de febrero, pero hecho público este miércoles, la juez María de los Ángeles Lorenzo-Cáceres describe los indicios que le hacen sospechar que ese dinero proviene de las comisiones que, presuntamente, cobraba el general a empresarios a cambio de facilitarles negocios con otras sociedades o con el proyecto europeo de asistencia en materia de seguridad a los países del Sahel, que dirigió en los últimos años de su carrera (2017-2021).

En esta primera pieza del caso Mediador, que consta hasta ahora de 2.165 folios, la instructora aprecia pruebas de que el general cobró comisiones en efectivo, en tarjetas prepago y en especie (viajes, comidas y hoteles, entre otros gastos) de varios empresarios interesados en beneficiarse de sus influencias, así como de que pidió a uno de ellos que se contratara a su amante por 3.000 euros al mes.