En la jornada de hoy se ha repetido una imagen cada vez más común en nuestro país. Cerca de medio centenar de inmigrantes marroquíes han aprovechado la pasividad de las autoridades marroquíes para llevar a cabo un nuevo intento masivo de entradas por el espigón fronterizo del Tarajal que separa Ceuta de Marruecos, donde un agente de la Guardia Civil ha resultado herido.

Fuentes del Instituto Armado han informado a Efe de que la presión migratoria que se viene sufriendo desde el pasado mes de mayo, cuando se produjo la entrada masiva de más de 12.000 inmigrantes, no ha cesado, aunque se ha reducido considerablemente gracias a la colaboración de las fuerzas marroquíes, si bien en esta ocasión su pasividad a la hora de actuar ha propiciado este nuevo intento de entrada ilegal.

Durante el asalto, que se ha producido en torno a las dos de la madrugada, los inmigrantes han actuado con mucha violencia y han lanzado piedras contra los agentes de la Guardia Civil, uno de los cuales ha resultado herido en la cabeza y ha tenido que recibir puntos de sutura.

El duro trabajo de las fuerzas de seguridad

Teniendo en cuenta que las fuerzas de seguridad marroquíes no mueven un dedo por evitar esta problemática. Después de la crisis migratoria del mes de mayo, un total de 1.668 personas han tuvieron que recibir asistencia sanitaria en Ceuta, algunos de ellos incluso quedar ingresados.

Con esta situación tan grave, tanto las delegaciones del Gobierno en Melilla y del Gobierno de Ceuta, como las asociaciones profesionales de la Guardia Civil y sindicatos de la Policía Nacional denuncian la violencia empleada por los asaltantes, una vez más, al hacer frente a los dispositivos policiales que intentan frenar sus entradas provistos de barras de hierro, palos, piedras y garfios, entre otros objetos que son más que habituales.

¿Es realmente este el trabajo de la Guardia Civil?

Tal y como informa la Guardia Civil en su página web, las unidades de vigilancia de Costas y Fronteras constituyen la primera línea de defensa frente al tráfico de drogas y mercancías ilícitas, el contrabando y las redes internacionales de tráfico de personas y de sustancias ilegales. Complementan este despliegue las Unidades de puertos y aeropuertos.

El órgano central del Servicio de Costas y Fronteras, que coordina todos estos servicios, constituye el punto de contacto de la Guardia Civil con los organismos nacionales e internacionales relacionados con sus cometidos.

Por lo tanto, la respuesta a la pregunta formulada, es un rotundo sí, pero ¿a qué precio?

Desde luego, la más que habitual labor de tener que lidiar con pedradas y violencia no está escrita, sobre el papel, en el trabajo de todas estas personas. Unas personas que, únicamente tienen cómo misión el resguardo fiscal del Estado y la prevención y persecución de contrabando, fraudes y tráfico de personas.