El Hospital señala que lo sucedido "no tiene nada que ver" con una cuestión lingüística

El Govern ha negado que se produjera una agresión por parte de los vigilantes de seguridad a una usuaria del Hospital Son Espases que pidió una hoja de reclamaciones en catalán el pasado sábado.

Asimismo, la gerencia del Hospital ha informado que está tratando de esclarecer lo sucedido pero ha asegurado que "no tiene nada que ver" con una cuestión lingüística, sino al hecho que la usuaria estaba bloqueando una ventanilla, provocando "largas colas", mientras redactaba la hoja de reclamaciones.

Según ha relatado el Servicio de Salud de Baleares (IbSalut), la mujer se dirigió al servicio de atención al paciente para pedir una hoja de reclamaciones, que solicitó en catalán. En ese momento no quedaban, por lo que en atención al paciente le pidieron tiempo para ir a buscarla.

Así, ha señalado que, posteriormente, le entregaron el documento en catalán y la usuaria lo rellenó en la ventanilla, por lo que los trabajadores le solicitaron que despejara la zona para poder atender al resto de usuarios.

Ante la negativa de la mujer de dejar libre el espacio de atención al paciente, desde el IbSalut han explicado que los trabajadores llamaron al servicio de seguridad del Hospital para "poner orden", puesto que los otros usuarios se estaban quejando.

En ese momento, la mujer llamó a la Policía, que dijo que no se personaría, y los vigilantes de seguridad le pidieron que dejara libre la ventanilla. El IbSalut ha afirmado que le tocaron el hombro pero que "en ningún momento hubo agresión".

La usuaria ha interpuesto una denuncia y la Policía ha pedido las grabaciones de las cámaras de seguridad del Hospital que, según han dicho desde Son Espases, se facilitarán a lo largo de este miércoles.

El Servicio de Salud ha querido "dejar claro" que a la usuaria "se le facilitó en todo momento la hoja de reclamaciones en catalán" y que no hubo agresión.

Cabe señalar que MÉS per Mallorca y Més per Menorca han solicitado la comparecencia "urgente" en el Parlament de la consellera de Salud, Manuela García, para dar explicaciones sobre esta situación, que han considerado un "nuevo caso gravísimo de agresión física lingüística".