El seis de febrero de 2020, Zaldibar un pueblo de apenas tres mil habitantes de Vizcaya, en el País Vasco, vivió una de las tragedias más grandes de los últimos años. Un derrumbe en el vertedero de Zaldibar dejó atrapados a dos trabajadores, Alberto Solaluze y Joaquín Beltrán, bajo 700.000 toneladas de basura. Sus cuerpos día de hoy siguen sepultados.

Esto puso contra las cuerdas al Gobierno vasco. Una crisis de credibilidad y de gestión que afectó de lleno al lehendakari, Íñigo Urkullu. La oposición en bloque, con Bildu y PP en alianza de intereses, arremetía una y otra vez contra un jefe del Ejecutivo autonómico. En un principio los comicios estaban convocados para el 5 de abril, pero lo ocurrido en el vertedero vizcaíno obligó a retrasarlos. Las familias también se pusieron en su contra ante la pasividad del gobierno, el propio Urkullu se vio obligado a admitir algunos errores en una tensa comparecencia en el Parlamento vasco.

Poco a poco, el caso desapareció de la actualidad y hoy, cinco meses después del derrumbe, apenas está marcando la campaña electoral.

¿Influirá en los resultados?

En 2016, el PNV de Urkullu fue el partido más votado con 463 votos y un porcentaje del 31,88%, mejorando incluso los resultados del 2012. Bildu es la gran amenaza, y es que hace cuatro años se quedó solo a 30 votos del PNV, con 29,82% de los sotos. PSOE fue el tercero con menos de la mitad, 203 votos, y un porcentaje del 13,98%.

La oposición ha hehco evidentes esfuerzo por evidenciar la mala gestión del gobierno de Urkullu en el vertedero de Zaldibar pero, ¿influirá este caso en el resultado de las elecciones? Todo hace indicar que No, porque los sondeos coinciden en señalar un crecimiento del PNV en toda la comunidad, incluido su principal feudo, que es Vizcaya. Un año más se espera que el PNV y Urkullu saquen mayoría absoluta en Zaldibar.