La militancia de JxCat ha oficializado este viernes el cisma en el movimiento independentista: año y medio después de formarse un nuevo Govern de coalición -esta vez presidido por Pere Aragonès-, el 55,73 % de las bases de Junts ha votado 'no' a continuar en el ejecutivo catalán.

La consulta de dos días convocada por JxCat ha acabado dinamitando el Govern: con una elevada participación -ha votado el 79,18 % de los 6.465 afiliados-, más de la mitad de los militantes del partido han dicho 'no' a mantenerse en el ejecutivo compartido con ERC, frente a un 42,39 % de 'síes' y un 1,88 % de votos en blanco, por lo que los seis consellers de Junts han dimitido.

Tras una reunión exprés de la dirección de JxCat, la presidenta del partido, Laura Borràs, ha afirmado que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha perdido su "legitimidad democrática", al "fracasar" en su intento de liderar un gobierno de coalición.

"Junts gana y Pere Aragonès pierde", ha afirmado Borràs, para quien el president quizá "se tendrá que someter a una consulta en el Parlament", al quedarse solamente con el apoyo de los 33 diputados de ERC, frente a los 74 votos -también de JxCat y la CUP- de su investidura.

"Se trata de que quien gane sea el país", ha replicado Aragonès, pasadas las nueve de la noche, en una declaración institucional desde el Palau de la Generalitat.

Aragonès ha anunciado que seguirá gobernando "por responsabilidad" pese a la salida de JxCat del Govern, por lo que no prevé convocar elecciones, sino que renovará el ejecutivo "con la máxima celeridad" y buscará "complicidades" con otros grupos parlamentarios.

DE LA "MAYORÍA DEL 52 %" A LA SOLEDAD DE ERC

Pese a lograr por primera vez superar el 50% de votos a candidaturas independentistas en las elecciones del 14 de febrero del año pasado, ERC y JxCat no han sido capaces de gobernar juntos ni media legislatura, al no ponerse de acuerdo en trazar una hoja de ruta común para dar continuidad al 'procés'.

El deterioro de las relaciones entre los dos socios de gobierno se había ido agravando en los últimos meses: en julio, ERC contribuyó a suspender a Laura Borràs como presidenta del Parlament y a la vuelta del verano los republicanos hicieron caso omiso a los llamamientos de JxCat a cumplir tres puntos clave del acuerdo de gobierno.

La situación acabó estallando la semana pasada, cuando JxCat amenazó con pedir a Aragonès que se someta a una cuestión de confianza si no cumple lo que plantea el acuerdo de legislatura para avanzar en el proceso independentista, a lo que el president respondió con el cese fulminante de Puigneró.

Figuras preeminentes de JxCat, como Carles Puigdemont, Laura Borràs o Josep Rius, han apoyado el 'no' a seguir en el Govern, mientras que los grandes perdedores son las caras visibles del sector pragmático del partido, entre ellas el conseller Jaume Giró.

Una de las primeras consecuencias del resultado ha sido el envío a Aragonès de las cartas de dimisión de los seis consellers de JxCat que quedaban en el Govern: Jaume Giró (Economía y Hacienda), Victòria Alsina (Acción Exterior y Gobierno Abierto), Gemma Geis (Investigación y Universidades), Josep Maria Argimon (Salud), Lourdes Ciuró (Justicia) y Violant Cervera (Derechos Sociales).

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¿EN QUIÉN SE APOYARÁ ARAGONÈS PARA GOBERNAR?

El resultado de la consulta abre multitud de interrogantes que deberán resolverse en los próximos días, entre ellos cómo piensa seguir gobernando Aragonès, con un ejecutivo que en estos momentos solo dispone del apoyo de 33 de los 135 diputados del Parlament.

Aragonès ya ha avanzado que no convocará elecciones anticipadas, por lo que probablemente tenderá la mano a los comunes -que disponen de ocho escaños-, aunque seguirán siendo insuficientes para acercarse a la mayoría absoluta, situada en 68 diputados.

El PSC de Salvador Illa -principal grupo de la cámara empatado a escaños con ERC- ha garantizado que seguirá ofreciéndose a Aragonès para sacar adelante los presupuestos de la Generalitat para 2023.

Hasta ahora, Aragonès había declinado su respaldo para no quedar cautivo de los votos socialistas y perder capacidad de maniobra ante el Gobierno de Pedro Sánchez, pero la salida de JxCat puede obligar a un cambio de escenario, si bien el propósito del president es explorar apoyos de "geometría variable" en el Parlament.

PEDRO SÁNCHEZ SE OFRECE A FACILITAR "ESTABILIDAD"

Desde Praga, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha abogado por facilitar la estabilidad del ejecutivo catalán en un contexto de dificultades económicas y sociales como el actual: "La estabilidad de los gobiernos es fundamental".

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha replicado que "ningún constitucionalista de Cataluña puede aceptar" que el PSOE "sirva para blindar el independentismo".