La polvareda de la corrupción tiene a la defensiva al PSOE, que levanta con el paso de los días un muro cada vez más grueso alrededor de Begoña Gómez. Desde Ferraz se ponen a la defensiva. "No comentamos nada sobre la mujer del presidente", advierten, "no tenemos por qué hacer referencia a ella o a ofrecer explicaciones". "Su vida es privada", sentencian.

Más que las palabras, también los gestos evidencian nervios. La cúpula socialista ya admitió las relaciones de Gómez con Air Europa, pero las enmarcaron en la búsqueda de patrocinios. Ahora ni eso tras el archivo de la Oficina de Conflictos de Intereses de la denuncia del PP contra Pedro Sánchez por participar en el Consejo de Ministros que aprobó el rescate de la aerolínea.

Los populares lanzan una ofensiva para que el Gobierno clarifique si la agenda de la esposa de Sánchez influye en sus decisiones. "La diferencia con Isabel Díaz Ayuso es abismal", esgrimen los socialistas en su contraataque. Mientras tanto, sigue el fuego cruzado de acusaciones en los diferentes casos.

Armengol

El Gobierno balear recibió hasta dos informes con quejas sobre la calidad de las mascarillas compradas a la trama del caso Koldo. Tal y como lo demuestran varias notas enviadas desde algunos hospitales de la región a las que ha tenido acceso Carlos Herrera y sobre las que informó este pasado lunes.

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El comunicador ha adelantado que los informes que recibió el Gobierno de Baleares, liderado entonces por Francina Armengol demuestran que los sanitarios se quejaban de la mala calidad de las mascarillas suministradas, que no cumplían con los estándares de seguridad para su uso.

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"Lo más grave de todo ello es que en agosto de 2020, tres meses después de estos dos avisos que al menos tenemos documentados, pero que seguramente hay muchos más, firma el certificado de idoneidad para poder pagar las mascarillas con fondos europeos", señalaba Carlos Herrera.