Para Alfred, Ransom y Andrew, 2020 es un año nuevo, pero nuevo de verdad. Porque va a ser el primer año que van a ver llegar en libertad desde 1983. Aquel año fueron detenidos, juzgados y condenados a cadena perpetua por un crimen que nunca cometieron. Siempre se declararon inocentes y jamás les creyeron. Detenidos, juzgados y condenados a cadena perpetua. Solo 36 años después han conseguido demostrar su inocencia y salir de la cárcel. Ocurría hace apenas un mes.

Sonrisas, lágrimas, ánimos, abrazos…y rabia, mucha rabia. Alfred, Ransom y Andrew salen de la cárcel 36 años después de entrar por un crimen que no cometieron. "Es la primera que puedo abrazar a mi hijo en 20 años. Es una bendición de Dios y Dios siempre es bueno", contaba Mary, la madre de Andrew.

El principio de esta historia tenemos que buscarlo en noviembre de 1983. Estamos en la escuela secundaria Park, en Baltimore, Estados Unidos. Dewitt Duckett es un chico de 14 años que camina tranquilamente por un pasillo del colegio. Lleva puesta su cazadora con emblemas de la Universidad de Georgetown. De repente le aborda otro joven algo mayor y armado con una pistola. Le exige que le entregue la cazadora. Dewitt se niega. El asaltante insiste. Comienza una pelea que termina con el disparo que hiere de muerte a Dewitt. El asaltante le quita la cazadora y huye. Comienzan las investigaciones. Los testigos hablan de un joven negro y de que habría otros implicados. Algunos reconocen a través de fotografías a Alfred Chestnut, Ransom Watkins y Andrew Stewart. Otros testigos niegan que sean ellos. Y ellos mismos aseguran que ni siquiera estaban en la escuela cuando ocurrió todo. La policía sigue investigando. En casa de Alfred Chestnut, en un armario, encuentran una cazadora con los emblemas de la Universidad de Georgetown. Jaque mate. O no, porque la madre de Alfred guarda el recibo de cuando se la compró. Da igual. Alfred, Ransom y Andrew son detenidos, juzgados y condenados a cadena perpetua.