9 de noviembre de 1989. Todas las miradas estaban puestas en la ciudad de Berlín, ciudad que durante 28 años se había encontrado dividida por un muro. Pero todo cambió aquella noche de noviembre.

El anuncio anticipado del consentimiento de salir del país sin requisitos previos por parte de Günter Schabowski, uno de los militantes de la República Democrática Alemana lo había precipitado todo.

Los berlineses salieron a la calle, también lo hizo Don Alonso Álvarez de Toledo, embajador español en Berlín Este, que se encontraba a escasos dos metros de la puerta metálica que se abrió a las nueve horas y catorce minutos por primera vez en 28 años y cuatro meses. El embajador Álvarez de Toledo recordó el momento en la Cadena COPE al día siguiente de los hechos cómo la multitud le había arrastrado casi al otro lado del muro nada más abrirse las puertas. Además, comentó como curiosidad que “fueron los sitiados los que entraron en la ciudad que les rodeaba”.

Al otro lado del muro se encontraba Gabriel Busquet, embajador español en la República Federal Alemana, que conoció la noticia muy cerca del Parlamento Federal, el Bundestag, que en aquel preciso momento se encontraba reunido discutiendo la ley de pensiones. El embajador Busquet declaró ante los micrófonos de la Cadena COPEque “el tema que se estaba tratando en el Bundestag no era de lo más sugerente para los diputados por lo que en el Parlamento se encontraban muchos sitios vacantes”. “Cuando se conoció la noticia de pronto se llenó el Parlamento, todos los diputados acudieron a su sitio en cuestión de minutos. Se suspendió la sesión, que se reanudó con un nuevo orden del día. Hubo una declaración gubernamental pero también por parte de cada uno de los partidos políticos y se pusieron de pie todos los diputados para cantar el himno alemán”, añadió Gabriel Busquet.

El embajador español de la Alemania Federal destacó que aquel 9 de noviembre de 1989 se encontraba muy cerca del Bundestag e incluso tuvo la oportunidad de acercarse hasta el Parlamento de la República Federal Alemana, lugar donde “vio cómo algunos de ellos, entre los que se encontraba el que había sido canciller de la Alemania Occidental entre los años 1969 y 1974, Willy Brandt, con lágrimas en los ojos muy emocionados por el momento”. Un momento que cambió no solo el futuro de una ciudad sino de todo un país.