Los restos mortales del expresidente de Zimbabue Robert Mugabe, quien falleció el pasado viernes en Singapur, partieron este miércoles en un vuelo directo con destino a Harare.

Escoltado por la Policía, un automóvil de una funeraria de la ciudad-estado trasladó el cuerpo sin vida del exmandatario africano hasta el aeropuerto de Changi, donde le esperaba el avión fletado que llegó el lunes con el vicepresidente zimbabuense, Kembo Mohadi.

Mohadi, quien visitó la víspera la capilla ardiente del difunto expresidente, lideró una delegación para supervisar la repatriación de Mugabe, que murió el viernes a los 95 años debido a complicaciones provocadas por su avanzada edad tras permanecer hospitalizado en Singapur.

Los restos de Mugabe serán recibidos en su país por el presidente Emmerson Mnangagwa, familiares y jefes tradicionales en el aeropuerto de Harare, la capital de su país, serán enterrados el próximo domingo en el Acre de los Héroes, un santuario reservado a la élite gobernante.

Mugabe, que fue nombrado héroe nacional el mismo día de su fallecimiento, será despedido con un funeral de Estado.

El expresidente fue derrocado sin derramamiento de sangre por los militares en noviembre de 2017 y reemplazado por Mnangagwa, hasta entonces su vicepresidente, en un golpe que, además de alejarle de la vida política, tuvo un gran impacto en su estado de salud.

A pesar de su fama de dictador brutal, que liberó a su país para después convertirlo en su propio feudo, en algunos países de África Mugabe todavía es venerado como un luchador emblemático por la libertad y contra el dominio colonial blanco.

Su régimen de 37 años se caracterizó por la represión de sus opositores, elecciones de dudosa credibilidad, falta de libertades para su pueblo y una total ruina económica del Estado zimbabuense.