Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea han finalizado sin acuerdo su reunión sobre las nuevas reglas fiscales del bloque a pesar de haber conseguido "avances" y retomarán mañana sus contactos, aunque sin visos de lograr un pacto en las próximas horas. Se han conseguido "buenos avances" en las casi ocho horas de negociación y los Veintisiete están "cerca" del acuerdo, pero todavía es necesario seguir "trabajando" para cerrar el expediente. Son necesarias "consultas" tanto desde el punto de vista político como legal, así como que la presidencia española "reflexionará sobre cómo proceder".

En Bruselas continúan torcidas las negociaciones sobre varios asuntos que afectan al entorno de la Unión Europea. Uno de ellos era acordar un nuevo pacto migratorio que ha terminado sin novedades esta misma madrugada. Previamente, tampoco lo habían hecho sobre la legislación en torno a la inteligencia artificial y ahora tampoco han alcanzado un acuerdo respecto a las nuevas reglas fiscales en Europa. La corresponsal de COPE, Paloma García Ovejero, señala que "hay división entre optimistas y pesimistas": "Por supuesto, los que más alientan el acuerdo inminente son los de la Presidencia española o sea Nadia Calviño y sus sucesores, los de la Presidencia belga que empieza el 1 de enero".

Las condiciones

Las discrepancias que todavía existen entre los Estados miembros han obligado, por tanto, a finalizar unas discusiones que ya se preveían complicadas al inicio de la jornada a pesar incluso de que la idea inicial era trabajar durante toda la noche en busca de un pacto. La gran dificultad radica en conjugar las posiciones de Alemania y Francia, especialmente sobre el ritmo de reducción del déficit que se exigirá a los países con un desfase entre sus gastos y sus ingresos superior al 3 % del PIB. Además, Italia sigue exigiendo que este ajuste se mida con el déficit estructural primario, que excluye del cálculo los intereses de la deuda.

París y Berlín están de acuerdo en que los socios que se encuentren en esta situación tendrán que acometer un ajuste en el déficit estructural equivalente al 0,5 % del PIB. La diferencia es que Francia quiere incluir una flexibilidad adicional que permita reducir este esfuerzo al 0,3 % si el país se compromete a realizar una serie de inversiones y reformas, algo que rechaza Alemania. Por otro lado, el documento español recoge la demanda de Berlín de exigir un recorte anual mínimo de la deuda de un punto porcentual para los países más endeudados y también de establecer el objetivo de reducir el déficit hasta el 1,5 % del PIB.