En las últimas horas se ha pronunciado el Tribunal Supremo sobre la suspensión de la condición de diputado de Quim Torra. Torra fue condenado a inhabilitación por desobediencia en el caso de los lazos amarillos. La Junta Electoral Central dictaminó que Torra tiene que dejar de ser diputado porque aunque la sentencia no es firme, está condenado por un delito contra el Estado. Torra recurrió al Supremo para pedir unas medidas cautelarísimas para que no se aplicara la suspensión de su condición de diputado, pero el Supremo las ha rechazado.

Eso no significa que Torra tenga que dejar de ser inmediatamente presidente de la Generalitat. La propia JEC ha afirmado que las consecuencias de la pérdida de condición de diputado las tiene que fijar el Parlamento de Cataluña.

Sin embargo Torra, que se ha convertido en interlocutor de Pedro Sánchez, tiene que dejar de ser diputado. El presidente del Parlamento, Roger Torrent, ya se ha declarado en rebeldía y asegura que no se le va a retirar la condición de parlamentario catalán a Torra. ¿Qué va a hacer Sánchez ahora? Es fácil presuponer que se va poner de lado. ERC ha asegurado que de momento se mantiene la mesa de negociación, pero Junqueras ha asegurado que la legislatura dependerá de la actuación del Gobierno. Es difícil imaginar una legislatura de cuatro años bajo la amenaza de ERC.