Como suele ocurrir cada verano, en las últimas semanas se han sucedido diversos homenajes a miembros de ETA encarcelados o liberados en diversas localidades del País Vasco y Navarra. La izquierda aberxtale ha alentado estos actos de exaltación que han tenido como colofón varios recibimientos masivos a miembros de ETA excarcelados. El más masivo de ellos ocurrió el jueves pasado en el barrio bilbaíno de Santutxu. Pese a los esfuerzos de las Asociaciones de víctimas del terrorismo para que no se celebren estos actos en aplicación del artículo 578 del Código Penal, la Audiencia Nacional no ha frenado esta apología encubierta del terrorismo de ETA.

El clima social que está generando con estos homenajes la izquierda abertxale ha provocado que el Lehendakari Íñigo Urkullu haya dicho que los recibimientos a miembros de ETA “violan los esfuerzos por una convivencia integral”. El lehendakari ha pedido a EH Bildu que haga una reflexión ética sobre este tipo de actos. En varias ocasiones la Asociación de Víctimas del terrorismo ha exigido al Congreso las reformas legales pertinentes para que se acabe con estos actos que terminan convirtiéndose en una legitimación e incitación a la violencia. El Partido Popular registró el jueves pasado una petición de comparecencia del ministro Grande-Marlaska para que dé explicaciones sobre los homenajes a los presos de ETA de estas semanas. Por más que el Gobierno de Pedro Sánchez no disimule su sensibilidad interesada para con quienes aún no han condenado la violencia de ETA, una sociedad sana debe exigir el cumplimiento de la ley y el arrepentimiento a los condenados como base de un futuro en el que se hayan curado las heridas de la violencia.