Pablo Casado ha querido dejar claro que cuando el PP llegue al gobierno derogará una serie de leyes que los socialistas califican como “sociales”. Casado se ha referido a la ley de la eutanasia, a las leyes de educación y universidades, a la de memoria democrática, a la que facilita los indultos no merecidos, entre otras que se han anunciado o están en tramitación. Convendría aclarar que todas las leyes son sociales por su propia naturaleza, dado que están destinadas a conformar la convivencia social. Sería más adecuado calificar a estas leyes como “ideológicas”, ya que obedecen a un proyecto de ingeniería social más que a una respuesta amplia y consensuada a las necesidades sociales.

Este cuerpo legislativo, en el que el PSOE y sus socios de Unidas Podemos ha puesto un especial interés en esta legislatura, responde a un diseño que rompe la cohesión social en cuestiones que requieren el máximo acuerdo posible, y pretende usar el poder para imponer al conjunto de la ciudadanía una ideología de partido.

Con el compromiso de derogar estas leyes, Casado ofrece claridad al electorado. Esperemos que cuente con el apoyo de su partido, que es muy plural en materias ético-culturales, y que pueda ejercer un liderazgo firme llegado el momento. En la memoria de todos está lo que ocurrió en esta materia con los gobiernos de Rajoy, respecto de algunas leyes de la época de Zapatero.