Durante la pandemia, las autoridades actuaron lo mejor que pudieron, pero “hubo unos pocos que se aprovecharon de la situación”. Esta frase de Salvador Illa en la comisión que investiga en el Senado las compras irregulares de material sanitario no solo refleja el tono de la comparecencia del exministro socialista; es la respuesta que podría haber dicho cualquier dirigente con responsabilidades en Sanidad durante aquellos duros meses; el mismo tono que seguramente volveremos a escuchar muchas veces en el futuro próximo, cada vez que un representante del PP o del PSOE afee a un oponente político malas prácticas con la misma contundencia con la que se afana por cubrir los errores que cometieron los gestores de su propio partido.

El arranque de la comisión en el Senado fue decepcionante, con un Koldo García negándose a responder a cualquier pregunta, y senadores lanzando al antiguo asesor del exministro Ábalos ataques gratuitamente personales. La situación mejoró con la comparecencia de Illa. Hubo momentos de gran interés cuando el popular Elías Bendodo puso al exministro ante la contradicción de sus propias declaraciones en relación con el sumario del caso Koldo. O Illa faltó a la verdad, o hay errores de bulto en el sumario. Pero este es justo el tipo de cuestiones que debería esclarecer una comisión de esta naturaleza. Cuestiones que pueden tener o no relevancia jurídica, pero desde luego la tienen, y mucha, de tipo político y ético. Más que fomentar el poco edificante espectáculo del ‘y tú más’, la comisión debería volcar sus energías el esclarecimiento de estos clamorosos puntos de sombra.