El paro ha caído en noviembre, aunque el número de afiliados a la Seguridad Social ha bajado: hay 12.000 menos que el mes pasado. La creación de empleo en términos desestacionalizados continúa, pero lo hace a un ritmo inferior al de la primera mitad del año.

El avance de la ocupación perdió impulso, lastrado por la ralentización del crecimiento económico. Se van agotando los efectos de la reforma laboral en vigor desde 2022. La caída de la tasa de temporalidad se ha detenido.

El nuevo Gobierno se enfrenta a importantes retos en el campo laboral. Hay que disminuir una tasa de desempleo excesiva, aumentar la productividad y mejorar la formación. Las políticas activas de empleo siguen siendo poco útiles para mejorar la cualificación, la empleabilidad y la productividad de las personas desempleadas.

Nos gastamos mucho dinero, pero en muchas ocasiones no sirve para que los parados se reciclen. Bruselas exige la reforma del sistema de prestaciones y subsidios.

La vicepresidenta Calviño quiere que los parados cobren una cuantía mayor al principio, y menor al final, para incentivar la vuelta al mercado laboral. Del mismo modo el misterio de Economía cree conveniente que se demuestre que se está buscando activamente empleo y que se penalice con más contundencia el rechazo de una oferta.

Sería muy conveniente que Yolanda Díaz, desde su esquema ideológico, no pudiera frenar estos planes de Nadia Calviño.