Ayer comenzaron las pruebas de la EVAU. 300.000 alumnos se van a someter a esta prueba de acceso a la universidad. En teoría es el último año que se aplica este modelo. Con la nueva ley de educación, el Gobierno tendría que haber aprobado un decreto para regular la nueva EVAU que debería estar en vigor en 2024.

El decreto no se aprobará hasta después de las elecciones, lo cual crea incertidumbre en las familias y en los estudiantes. El Gobierno quería una selectividad más fácil para los alumnos, con menos exámenes y una prueba de "madurez académica", es decir, una prueba que evaluara, sobre todo, competencias y no conocimientos.

Uno de los problemas fundamentales de la EVAU en este momento es que los exámenes son muy diferentes en las distintas CCAA mientras tenemos una universidad de distrito único. Los ejercicios de matemáticas de los estudiantes de Madrid no son los mismos que hacen los de Sevilla, Asturias o La Rioja. Y pasa igual con todas las asignaturas.

Los alumnos de cualquier Comunidad pueden ingresar en cualquier universidad española, pero algunos exámenes son más fáciles que otros, con lo que se produce un agravio comparativo,

El problema no es solo el agravio para los alumnos a los que se les ha exigido más. En muchas ocasiones a los alumnos que se les permite ingresar en cierta facultad se les frustran sus expectativas porque no están preparados para el nivel que se les exige.

No tiene sentido desarrollar un modelo educativo en el que conocimiento y las competencias estén en contradicción.