El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, ha pedido al gobierno que estudie la declaración de zona catastrófica para la capital con motivo de los estragos que está causando el temporal de nieve y frío. La conocida como borrasca “Filomena” es la mayor de este tipo sucedida en España en los últimos 50 años y está previsto que siga golpeando con fuerza a casi todo el país durante los próximos días.

A nadie se le escapa la importancia geográfica, demográfica y política de Madrid. Los daños sufridos son ya muchos: la ciudad se ha visto colapsada, tiene sus calles inundadas de hielo y nieve, y los daños en el mobiliario urbano, edificios, parques y jardines serán cuantiosos. El Gobierno se encuentra entrampado por la imprudencia del Ministro Grande-Marlaska que, de forma precipitada, descartó que en Madrid se dieran las condiciones para declarar zona catastrófica.

Después de descartarlo, ahora el Ejecutivo duda y parece que deja una puerta abierta a la rectificación. El Partido Popular ya ha manifestado su intención de pedir la convocatoria de la Diputación Permanente del Congreso para que se dé cuenta ante la Cámara de las actuaciones llevadas a cabo y pueda debatirse la situación. Sería una forma de que los ministros implicados se retrataran y de que pudiera verse el grado de coordinación entre las administraciones. Sería del todo inconcebible que el Gobierno antepusiera los criterios ideológicos para negar a Madrid la ayuda que necesita.