Mientras se intensifican las manifestaciones reclamando la independencia del País Vasco al grito de “lo conseguiremos”, Arnaldo Otegui ha anunciado que EH Bildu votará a favor de los Presupuestos de Pedro Sánchez. El indispensable sostén de los herederos de ETA nos cuesta por el momento a los españoles una serie de compromisos políticos, entre los que, de forma no meramente anecdótica, se incluye que la televisión vasca se vea en toda Navarra y que, según han afirmado los propios líderes abertzales, se pueda normalizar así la implantación del euskera en la población navarra desde las edades más tempranas.

Otegui ha reconocido sin rubor el papel decisivo que han jugado tanto Esquerra Republicana de Cataluña como Unidas Podemos para que la extraña coalición Frankenstein saque adelante los Presupuestos. Y ha añadido que siempre que EH Bildu está en un acuerdo, “ganan la gente y los derechos de la gente”. Es la misma gente que gozaría de la patria independiente, soberana y socialista, que Otegui jalea en las manifestaciones, sin que eso conmueva al presidente Sánchez.

Pedro Sánchez ha incumplido abiertamente la promesa altiva y desafiante de que jamás pactaría con Bildu. Lógicamente, Bildu le ha tomado la medida, y mientras facilita sus presupuestos, le muestra en la calle cuál es su apuesta política inmediata. Se entiende que a Otegui le convenga un Sánchez en Moncloa, pero no que al presidente del gobierno de España le interese la cálida compañía del ex etarra.