El Gobierno español ha propuesto a su ministra de Economía, Nadia Calviño, como candidata a la presidencia del Eurogrupo, el órgano de la Unión Europea que se ocupa de coordinar las políticas económicas de los 19 países que lo componen. Su objetivo es garantizar la estabilidad de la Zona Euro, lo que implica un análisis riguroso de las políticas presupuestarias, monetarias y estructurales de los Estados miembros.

La candidatura de Calviño llega en un momento crucial de los debates para la reconstrucción económica y social tanto de España como de la propia Unión Europea que, desde hace semanas, discute el establecimiento de un fondo de 750.000 millones en forma de créditos y subvenciones para afrontar las consecuencias de la pandemia del Covid 19.

Lo inusitado es que el Presidente Sánchez, en lugar de buscar activamente un pacto con el PP, pretendía ayer que Casado apoye sus propuestas enviadas a Bruselas, sin haberlas negociado ni hablado previamente con la oposición. Y eso el mismo día en que el FMI prevé una caída sin precedentes del PIB del 12,8 % este año, la peor de toda Europa. Los planes de Sánchez e Iglesias, que ayer acordaron las bases de de las políticas de reconstrucción, pasan por esas hipotéticas ayudas que todavía están en el aire. Ahí Nadia Calviño puede ser clave para propiciar los pactos que España necesita para generar confianza, dentro y fuera de nuestras fronteras.