La plaza de Príncipe Pío vive en los últimos seis meses ocupada por varios grupos de personas sin hogar, muchos de ellos toxicómanos, que han convertido el lugar en un estercolero. Muchos de los vecinos de la zona denuncian a COPE el abandono y la incomodidad de tener que pasar por ahí.

Desde primera hora de la mañana, despiertan en la misma plaza, hacen sus necesidades en cualquier lugar y empiezan con su rutina: beber vino y cerveza, fumar colillas que van cogiendo por el suelo y charlar y jugar con varios perros que tienen allí. “No suele haber problemas y si los hay es entre ellos”, explican los vecinos.

Muchos de estos individuos vivían en diferentes lugares de Madrid como Plaza de España, pero ahora se han concentrado a las puertas de la estación de Principe Pío. Se da la circunstancia de que por allí pasa cada semana un punto itinerante de metadona para personas con problemas de adicciones y por eso algunos han decidido quedarse ahí. Hay además un albergue para personas sin hogar muy cerca y de ahí que haya un repunte de personas que pasen por esa zona a diario.

En la explanada principal, que tiene numerosos bancos, se dan cita estas personas, que no utilizan papeleras, ya que están desbordadas. Esa es otra de las denuncias de los vecinos, la cantidad de basura que se acumula, el mal olor y la suciedad en el mobiliario. “Pasar por aquí da asco”, asegura una vecina que pasa todos los días por la zona para comprar el pan.

Otro de las quejas principales es la actuación de la Policía Municipal. “Hacen la vista gorda”, lamenta un vecino, que explica que siempre hay 20 o 30 personas, pero hay días que la plaza está llena y el olor es “insoportable”.