La filósofa Adela Cortina cree que la pandemia ha servido para mostrar que "todos estamos en el mismo barco" y "los países y las personas somos interdependientes".

Cortina ha intervenido este miércoles en el seminario "Pensar en el Siglo XXI", organizado por del Consejo Social de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), en el que ha participado junto al filósofo Javier Gomá, el escritor Álvaro Delgado Gal y el jurista Benigno Blanco.

Cortina se ha referido a cómo se crea "una sociedad cosmopolita" y ha defendido que "en la actualidad, hay muchos mimbres para ello, a pesar de la incertidumbre ante la globalización, el debilitamiento de la democracia y el aumento del autocratismo", ha indicado este miércoles UNIR en una nota.

Esos mimbres son, entre otros, "la apertura a la hospitalidad, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los Objetivos de Desarrollo del Milenio, constituciones cosmopolitas o el diálogo intercultural", que tienen como base "la dignidad de la persona y "la búsqueda del entendimiento para resolver los problemas a través del derecho y la política".

Esto significa, ha proseguido, que "todo ser humano es un interlocutor válido de alguna manera; con todos es posible entenderse".

Para ella, esa debería ser "la gran propuesta de la Unión Europea, de Estados Unidos y de Iberoamérica", ya que "no llevar adelante una sociedad cosmopolita sería un auténtico retroceso", ha concluido.

Javier Gomá, por su parte, coincidió con Cortina, al asegurar que "la pandemia, que ha convulsionado por primera vez a toda la humanidad al mismo tiempo, supondrá un aprendizaje, ya que "vernos en peligro acentúa el sentido de pertenencia a la misma especie y eso acelerará el cosmopolitismo".

Por ello, cree que "hay una imparable onda de cosmopolitismo y que el mundo, dentro de cien años, será más cosmopolita, sobre la base de que "solo existe una raza: la humana; y un solo principio: la dignidad, que reside en los individuos, no en el todo".

Por su parte, el escritor Álvaro Delgado Gal cree que, "aunque no se puede negar que estemos mejor que en el pasado, tampoco hay una evolución civilizatoria convincente" y, al contrario, "se aprecia una banalización de la moral y una brutalización de los instrumentos del pensar y sentir".

En esta línea, el jurista Benigno Blanco ha incidido en "factores de incertidumbre" sobre el cosmopolitismo, como "la interpretación arbitraria de la Declaración de los Derechos Humanos, los intervencionismos estatales" o "las amenazas que para la dignidad humana suponen cruzar determinadas fronteras de la biotecnología. EFE.

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