Carla es una buena estudiante, el próximo curso empieza primero de Enseñanza Secundaria y sus padres saben ya en qué instituto empezará esta nueva etapa. Sin embargo, Carla, con solo 12 años ha empezado a adelgazar sin que nadie conozca el motivo. Primero pensaron que sería la consecuencia directa de los nervios que le producían los exámenes, pero fue su médico el que apuntó la posibilidad de que el “perfeccionismo al que se somete Carla continuamente”, nos explica en COPE su madre, “le haya llevado a querer tener un cuerpo perfecto antes de que su organismo esté plenamente desarrollado”.

Como Carla hay unos 300.000 jóvenes y adolescentes en España que sufren un Trastorno de Conducta Alimentaria que se agrava en verano.

La doctora Conchita Vidales Aznar, Jefe del Servicio ASISA Care de Nutrición y Genética, alertaba en COPE del aumento de casos de bulimia y anorexia que se registra en verano. “Las consultas sobre el Trastorno de Conducta Alimentaria (TAC) aumentan hasta en un 25% en los meses de verano” nos decía esta experta en nutrición, dietética y trastornos alimentarios para añadir que “suelen ser mujeres que empiezan a padecer la enfermedad a edades cada vez más tempranas, entre los 12 y los 25 o 30 años”.

El INE señala que un 3,54% de las mujeres de edad adulta tienen un peso insuficiente, porcentaje que se ve incrementado hasta el 14% en menores.

Además, la “Asociación para el Estudio de la Conducta Alimentaria” (AETCA) ha publicado un estudio que detecta como los casos de TAC se han visto incrementados en un 15% en menores de 12 años en los últimos 4 años.

CULTO AL CUERPO

La llegada del verano suele ser un momento esperado para todos, pero para aquellas personas que sufren un Trastorno de la Conducta Alimentaria puede llegar a ser un momento temido.

Los TCA son graves enfermedades mentales que afectan a la salud física y psicológica del paciente que los sufre. Afectan a 400.000 personas de la población española; 300.000 de ellos son jóvenes adolescentes.

La doctora Vidales sitúa las causas principales de esta enfermedad en “el culto al cuerpo y a la imagen, asociado al éxito social que supone la delgadez”. La doctora remarcaba en COPE que estos síntomas de anorexia y bulimia suelen ir acompañados de unas “disfunciones afectivas” que no podemos ignorar porque pueden ser el origen de muchos de estos casos.

En verano hay una mayor exposición del cuerpo a la vista de los demás y en una persona insatisfecha con su cuerpo, en mayor o menor medida, esto causará temor. Los estereotipos sociales de tener que estar a punto para el verano, el inicio de muchas dietas cuando el verano se acerca no ayuda a las personas con un TCA, ya que contribuyen a que estén mucho más focalizadas en su cuerpo. Todo esto, acompañado de otros factores psicológicos o psiquiátricos pueden ser un motivo desencadenante en el inicio de un trastorno alimentario.

Por eso, la doctora Conchita Vidales explicaba en COPE que “hay que evitar las dietas estrictas y las mal llamadas operaciones biquini, que tienen mucho que ver con este comportamiento alimentario”.

ATENTOS A LOS PRIMEROS SÍNTOMAS

La madre de Carla nos cuenta en COPE que notó el problema cuando vio que su hija “perdía peso de forma alarmante”, pero no percibió todo lo que había detrás de ese trastorno alimentario.

La doctora Vidales insiste en COPE en que “la detección precoz es fundamental, incluso en verano”. Las vacaciones estivales pueden servir para poder detectar en casa que alguien cercano a nosotros está sufriendo un TCA. Cambios en la dieta, en su rutina de deporte, preocupación excesiva por su imagen, no querer hacer planes que impliquen ir a la playa o a la piscina, evitar comer en familiar; son algunos indicadores que pueden señalarnos un TCA.

La experta en nutrición y trastornos alimentarios de ASISA CARE añadía que “el verano puede ayudar a que se detecte antes, sobre todo durante el tiempo que pasamos en familia. Los horarios flexibles y el comer acompañado pueden ayudar a estos pacientes más vulnerables”.

CARLA HA MEJORADO EN VERANO

Con la llegada del buen tiempo y las vacaciones escolares, Carla ha dejado de comer en el colegio, donde “le resultaba más fácil mantener estas conductas alimentarias”, nos dice su madre en COPE para añadir que “ahora comemos todos juntos y procuro que la dieta sea sana y saludable”.

Los consejos de la doctora Concepción Vidales Aznar van allá y les recomienda “hacer ejercicio controlado o paseos en familia que ayudan mucho para los que empiezan a tener problemas con la alimentación. Sin olvidar el control médico, psiquiátrico, que es el que tiene la última palabra en esos asuntos”.

Para ello hay múltiples tratamientos, como el modelo de tratamiento Ita consiste en un modelo integral que aborda todos los ámbitos afectados por la enfermedad; además de recuperar el peso, el tratamiento va más allá y quiere incidir en todos aquellos factores psicológicos que hay detrás de la enfermedad. El equipo terapéutico de Ita de los centros especializados en esta patología trabaja con los pacientes el ámbito psicológico, social, familiar y nutricional para conseguir una recuperación total. Este tipo de estrategia de tratamiento muestra una mejora muy significativa tanto para los síntomas alimentarios como para el malestar psicológico que subyace a estos síntomas, según el estudio científico ITAMITED de Ita junto a la Universidad de Barcelona y la Universidad de Sheffield donde se prueba la eficacia del modelo de tratamiento del grupo. Los resultados del estudio demuestran el beneficio de las estrategias asistenciales interdisciplinares, no solo centradas en los síntomas sino en el malestar psicológico asociado y que aseguren la continuidad asistencial que requieren estas complejas enfermedades.