El Euromillones es uno de los sorteos más grandes del mundo en el que miles de personas juegan cada día. Cada apuesta consiste en seleccionar cinco números de una tabla de 50 y dos estrellas de una tabla de 12 números. Existen dos oportunidades cada semana para hacerlo y se te da la posibilidad de que las cifras las elija una máquina de forma aleatoria. Si resultas ganador, el hecho de que juegue tanta gente lleva consigo queexista un bote muy grande. Por eso hay afortunados que se han llevado 116 millones de euros, aunque lo curioso termina siendo la forma en la que los gastan.

Esta acción también supone una gran satisfacción para la lotera que lo proporciona, pues consigue el prestigio y hace que los ciudadanos acudan en masa a ella a probar suerte, aunque no todo es siempre tan fácil. Muchas de las personas agraciadas tienen dinero y un poco más no les viene nada mal para seguir viviendo con tranquilidad, aunque a otras parece solucionarles la vida, pues te embolsas una cantidad que nunca habías pensado tener. Hay quienes cada semana acuden a su administración de referencia y apuestan a los mismos números.

Son esos que llevan jugando toda la vida, que en algún momento fueron los de sus padres o que simbolizan fechas especiales. Por eso hace que todo sea más especial. Si resulta agraciado, es importante pensar bien en qué vas a invertir el dinero, ya que en muchos casos se trata de cantidades muy grandes que parece que van a dar para mucho, pero si se derrocha la historia puede terminar mal. El caso de un británico que se llevó la cantidad anteriormente descrita es especialmente llamativo por cómo invierte esa gran fortuna que obtuvo.

Tener 116 millones de euros provoca que muchas veces no sepas en qué gastarlos

Lo normal es que con 116 millones de euros tengas mucho tiempo libre. La cuestión está en qué emplearlo. Dave Dawes lo tuvo claro. Este entusiasta de la pesca de 59 años no ha visto la necesidad de poner freno a su afición. Tiene un lago en su finca de la localidad de Kent. Pues este británico gasta la mayoría del dinero que ganó hace unos años en su hobby: carpas de río para su piscifactoría personal. Para ello, se gasta cada vez que lo hace unos 12.000 euros. Y piensa seguir haciéndolo mientras su físico le permita seguir practicando este entretenimiento.

"Dave se pasa el día pescando y es tan generoso que a menudo convence a sus empleados para que se unan a él. No se puede culpar a alguien por dedicarse a su pasión cuando ha ganado tanto dinero", revela uno de sus amigos en declaraciones para The Mirror. Es tan aficionado a la pesca que, según apuntan distintas informaciones de medios británicos, está intentando construir nuevos caminos para llegar a otros estanques y poder incluirlos dentro de los límites de su finca.