Unos dos millones de supervivientes de cáncer, según estimaciones de la asociación española contra el cáncer, esperan en nuestro país el desarrollo normativo de la ley que les da derecho al olvido oncológico. El estigma de haber padecido cáncer les dificulta la vida, sobre todo a la hora de acceder a préstamos bancarios o contratar seguros médicos.

La Sociedad Española de Oncología Médica calcula que alrededor de 20 millones de europeos viven después de un diagnóstico de cáncer, de los cuales el 35% son supervivientes a largo plazo, es decir, que fueron diagnosticados hace 10 años o más.

Según su informe anual sobre las cifras del cáncer en España, correspondiente al año 2022, la supervivencia a 5 años de todos los cánceres en hombres es del 55,3%, y en mujeres del 61,7%. Son enfermos que, tras dar una dura batalla, se enfrentan a su nueva vida con un lastre que no se lo pone nada fácil.

Pelean por conseguir “un bien vivir, frente al sobrevivir. Queremos tener un desarrollo pleno, tanto personal como profesional”, reivindica María Fernández Picón, superviviente de un cáncer de mama.

El olvido oncológico persigue en líneas generales que los pacientes no se sientan obligados a informar de su historial de cáncer una vez superada la enfermedad, y así poder acceder a seguros médicos, productos financieros o incluso un trabajo sin un lastre añadido que ya no forma parte de su vida.

¿Cómo está la ley en España?

El derecho al olvido oncológico nace de una resolución del Parlamento Europeo que insta a todos los países a que en el periodo 20-25 se garantice este derecho en los estados miembros. España ha aprobado la ley hace apenas 4 meses siguiendo la estela de otros países que ya lo han regulado como Países Bajos, Francia, Bélgica, Portugal, Italia o Rumanía.

La ley está aprobada desde junio de 2023, pero falta articular la norma. “Falta por ejemplo una campaña de información a los pacientes oncológicos para que conozcan este derecho o un canal de resolución de dudas para que no se produzcan situaciones de indefensión”, explica Yolanda Domínguez, técnico de la Asociación Española Contra el Cáncer. Cuando se conforme el nuevo gobierno, están seguros de que se hará el desarrollo reglamentario.

La sociedad española de Oncología Médica sitúa en los 5 años en remisión la frontera para que los pacientes puedan ejercer su derecho al olvido oncológico, porque es de manera generalizada cuando se entiende que si los tratamientos han funcionado se ha superado la enfermedad.

Sin embargo, la Asociación Española contra el Cáncer entienden “que cada tumor es diferente, cada cáncer es distinto y deberíamos ajustarnos a estas distintas realidades que tienen los distintos tipos de cánceres. Por resumir, esta frontera de los 5 años deberían ser el estándar mínimo que deberíamos cumplir”.

Francia ha adoptado el modelo legislativo que más convence a la AECC. “Es el ejemplo de mayor desarrollo del marco legislativo- explica Yolanda Domínguez- ha regulado el derecho al olvido oncológico teniendo en cuenta las características de cada una de las tipologías de cáncer en función de la supervivencia . Porque la supervivencia no es igual en todas las tipologías”.

Las consecuencias del recuerdo

El vacío legal es especialmente gravoso en la población juvenil e infantil que ha superado un cáncer. El informe Jóvenes y leucemia: más allá de sobrevivir, de la Fundación Josep Carreras, indica que el 80% de los jóvenes entre 18 y 35 años que han sufrido un cáncer en la sangre se encuentra con dificultades a la hora de contratar un producto bancario o un seguro.

“Imagina, por ejemplo, que lo ha superado con 18 años-ejemplifica Domínguez- y con 30 años, de repente se va a comprar una casa y se vuelve a enfrentar a este fantasma del cáncer, de una enfermedad que ya había superado, y estas trabas legales hacen que vuelva a enfrentarse a todo lo que significa un diagnóstico de cáncer y un proceso oncológico desde un punto de vista emocional y social”.

Desde la Asociación Española contra el Cáncer nos dicen que el derecho al olvido oncológico es un primer paso para trabajar las necesidades a las que se enfrentan los pacientes de cáncer. Porque esta no es la única “tienen necesidades clínicas, emocionales y sociales- recuerda la portavoz de las AECC- El 34% pierden el empleo.

El derecho al olvido oncológico es un gran paso, pero tenemos que ser conscientes y trabajar la parte social de los supervivientes de cáncer con mayor amplitud de miras. Hay que protegerles laboralmente, facilitarles la reinserción al puesto de trabajo, que flexibilicemos las jornadas para adaptarlas a los tratamientos...es decir que tengamos una visión más amplia de la protección del paciente de cáncer”.