Están a punto de cumplirse los 24 meses que José Enrique Abuín lleva entre rejas, tiempo que ha pasado por los centros penitenciarios de Teixeiro (La Coruña), A Lama (Pontevedra) y Villahierro (León). Tiempo que ha hecho mella en su personalidad y en su aspecto. Instituciones Penitenciarias decidirá próximamente en qué cárcel empieza a cumplir su condena por el asesinato de Diana Quer.

El cambio más visible es el de su aspecto. 'El Chicle' ha engordado. El pasado mes de noviembre en el juicio ya vimos que ya no luce esa complexión atlética que tenía cuando fue arrestado fruto del deporte que practicaba. Era un aficionado al running con su hija. Pero más allá del peso el cambio más reseñable es el de su actitud. En su primera etapa, en el primer semestre de 2018, pasó por las cárceles gallegas de Teixeiro y A Lama. En ellas se mostró muy desafiante, chulesco. Ello le trajo problemas porque en esos centros también estaban encarcelados varios miembros del clan de narcos 'Os Fanchos' para los que 'El Chicle' había trabajado y con los que no terminó demasiado bien.

En su segunda etapa en la cárcel leonesa de Mansilla de las Mulas dio un vuelco. Pasó a ser más silencioso, desconfiado y reservado. Llegó a ella en junio de 2018 y en ella ha llevado una vida monótona, pasando mucho tiempo en su celda, poco en el patio y acudiendo a talleres ocupacionales de madera, cerámica y papiroflexia.

'El Chicle' volvió durante al juicio a la cárcel de Teixeiro pero hace una semana regresó a la de Mansilla de Las Mulas. Con la sentencia en la mano ahora se abre un plazo de dos meses para su clasificación como interno. Antes de mediados del mes de febrero se tiene qué decidir cual es. Todo apunta al primer grado. Entonces Instituciones Penitenciarias fijará en qué cárcel pasa los siguientes años.