El Observatorio de Emancipación del Consejo General de la Juventud ha publicado los datos del segundo trimestre de 2019, en los que tan solo el 18,5% de las personas entre 16 y 29 años de España están emancipadas desde el punto de vista residencial, lo cual significa que, por primera vez en diecisiete años, desde principios de del 2002, más del 81% sigue residiendo en el domicilio familiar.

Los jóvenes españoles son los que más tarde se emancipan de Europa. Suelen ser mileuristas y tiene que destinar el 90% de su sueldo para alquilar en solitario. Por eso desde el Consejo General de la Juventud explican que si alquilar es difícil, la compra de piso se han convertido en algo imposible. El porcentaje de jóvenes con vivienda en propiedad ha disminuido desde 2017 en un 30%.

Guillermo y sus amigos

Guillermo, un ingeniero valenciano de 26 años, explicaba en COPE que optó por compartir piso con sus amigos. “He tenido suerte porque vimos el anuncio de un piso que era un chollo y nos lanzamos a alquilarlo”, nos decía Guillermo porque “la temporalidad de los contratos en cualquier empresa hacia imposible otra opción. Ahora mismo tienes que estar de prácticas dos años y nunca sabes qué es lo que va a pasar” .

El caso de Guillermo es similar a la experiencia que nos contaba Rodrigo en COPE. Tiene 28 años y consiguió alquilar un piso en Madrid con una amiga el pasado mes de agosto. “Llevaba años buscando algo que pudiera pagar y no encontraba nada salvo “zulos” sin ventanas y en condiciones pésimas”, nos contaba Rodrigo que optó por un piso compartido cerca del trabajo que le permitiera ahorrar tiempo y dinero en transporte.

Un problema generalizado

El descenso de la autonomía residencial de la población joven a lo largo del último año ha sido una constante en la mayoría de las Comunidades Autónomas y muy acusado en Canarias, Cantabria y Castilla y León, precisamente tres de las cuatro Comunidades (junto con Andalucía) con la menor tasa de emancipación residencial5 entre la población entre 16 y 29 años (Gráfico 0.1). En las pocas Comunidades donde ha aumentado con cierto calibre (Aragón, Euskadi, Extremadura, Navarra y La Rioja), han registrado a la vez un incremento notable de la población nacida fuera de España y del saldo migratorio positivo con el extranjero. El vínculo entre emancipación y migración no es fortuito ni casual ya que, por lo general, las probabilidades de no estar conviviendo con sus progenitores son mucho más elevadas entre la población joven inmigrante.