El teletrabajo o la combinación de este junto al trabajo presencial fueron algunas de las medidas que algunas empresas tomaron a causa de la pandemia. Varias empresas han tomado la decisión de mantener este tipo de trabajo aun cuando todo ha vuelto, más o menos, a la normalidad, mientras que otras han optado por volver al trabajo presencial de toda la vida. Y, debido a que hay oficinas que han optado por mantener el teletrabajo, estas han tomado la decisión adquirir herramientas que les ayuden a comprobar que sus empleados hacen su trabajo durante su jornada laboral y no se dedican a hacer otras cosas.

Gracias a esta decisión, la empresa Reach CPA ha podido detectar que una de sus empleadas no cumplía con su horario de trabajo. La trabajadora en cuestión es una mujer canadiense llamada Karlee Besse, que trabaja en la compañía mencionada como contadora de forma remota (es decir, desde su casa). El problema es que además de su trabajo, la mujer aprovechaba su horario laboral para hacer actividades que no tenían nada que ver con su trabajo y dentro del horario del mismo.

La propia empresa ha explicado que usaron el sistema de supervisión TimeCamp, en el ordenador de trabajo de Besse tras darse cuenta de que su trabajo estaba atrasado y por encima del presupuesto. Es así que descubrieron que la mujer había desperdiciado un total de 50 horas de trabajo por realizar "tareas no relacionadas con el trabajo en el tiempo de la empresa". Además, identificaron varias "irregularidades entre sus hojas de tiempo y los registros de uso del software", ha agregado la empresa.

Como el software también registró lo que hacía durante su horario de trabajo, la empresa se dio cuenta de sus tareas extralaborales y la han acusado de robo de tiempo. Además, por supuestos "salarios impagos" y por indemnizaciones por despido injustificado, la empresa, Reach CPA, le ha exigido una compensación de 5 mil dólares, que son unos cuatro mil seiscientos seis euros (4.606 euros).

Sin embargo, de que la propia empresa ha pedido, la empleada solo tendrá que pagar lo que es aproximadamente la mitad, es decir, unos 2.391 euros en concepto de "salarios devueltos".

La defensa de la empleada en cuestión ha sido que durante el tiempo que los archivos estuvieron abiertos, pero sin usarse, ella había estado imprimiendo "documentos sobre los que habría estado trabajando". Pero, parece ser que el Civil Resolution Tribunal ha dado la razón a la compañía.