Sea con el ordenador o el móvil, las comunicaciones online son ya parte fundamental en todos los ámbitos de nuestra vida. Esto hace que como usuarios quedemos expuestos a una ventana virtual, la cual se utiliza cada vez más desde que comenzó la pandemia. En ella añadimos contactos y numerosos datos personales, y esto ha acelerado el salto tecnológico de la delincuencia.

Una de las últimas estafas de las que ha alertado la Guardia Civil a través de su perfil en Twitter consiste en recibir en el buzón un mensaje con el sello de Loterías y Apuestas del Estado. En esta se informa de haber sido premiado en uno de los sorteos de forma azarosa. Las autoridades insisten en que a priori el engaño parece evidente porque el contenido aparece escrito en inglés. Sin embargo, finalmente las víctimas acaban siendo engañadas.

¿Por qué es frecuente caer en el engaño? Porque los estafadores piden a la víctima llamar a un teléfono o escribir a una dirección concreta de correo electrónico. Y se comenta en el escrito que una vez hayan mandado el correo podrán recibir el premio. De esta forma, los estafadores consiguen obtener nuestros datos a través de nuestro teléfono y correo electrónico.

Por su parte, desde Loterías y Apuestas del Estado han informado desde su propia web de la presencia de este fraude a través de Internet. Además, aseguran que "Todos los juegos de Loterías y Apuestas del Estado se gestionan a través de los establecimientos oficiales y a través de su propia página web, nunca desde enlaces externos o juegos procedentes del exterior de España" . Este tipo de fraude no es nuevo, ya que comenzaron a realizarse en 2018, pero se ha retomado.

Entre las princiaples estafas online se encuentran:

Las cartas nigerianas. Suelen llegar por correo electrónico y tienen varias variantes. Puede ser un falso millonario en un país exótico que nos promete parte de una herencia supuestamente atrapada en bancos, o premios de una empresa o sorteo que nos llegan repentinamente.

Falsas ofertas de trabajo. Estas se caracterizan por tener un gancho importante que llama a la población que se encuentra desesperada por estar en paro. A las víctimas se les pide dinero con excusas administrativas.

Smishing. Cada vez son más frecuentes. Consiste en el envío de falsos SMS que se hacen pasar por instituciones o, especialmente, entidades bancarias en las que nos alertan de que han entrado en nuestra cuenta. Este mensaje aparece acompañado de una página web que se hace pasar por la del banco para introducir los datos personales. De este modo, los delincuentes obtienen las claves de nuestra banca online y empiezan a transferir el dinero a otras cuentas.

Criptomonedas. Gran parte del blanqueo de dinero o de las investigaciones patrimoniales se centran en monederos virtuales. Esto se produce porque no existe una normativa en relación a cómo abordar este tipo de inversiones.

En cualquier caso, las ciberestafas son delitos “de muy difícil esclarecimiento”, sobre todo cuando se realizan desde servidores extranjeros. Una vez que el delincuente tiene acceso a nuestra cuenta o al dinero transferido, lo mueve rápidamente a través de diferentes cuentas, lo que “genera muchísimos problemas para la recuperación”, según las autoridades. A partir de 24-48 horas de la comisión del delito, es muy difícil recuperar el dinero, pero si se denuncia de forma inmediata es posible evitar que vacíen una cuenta.