En Europa hay un país que tiene una cultura de lo más peculiar a la hora de valorar lo suyo. Finlandia construye su pensamiento y su forma de entender la nación, a partir de la defensa de su patria. Este pensamiento surge de la idea de no pertenecer a la OTAN (cosa que puede cambiar en los próximos tiempos), y de estar pendiente de un país vecino que quizá sea de lo más problemático.

Entre Finlandia y Rusia hay una linde, una separación de 1.340 kilómetros. No es la primera vez que Putin amenaza a sus vecinos, sí es la más reciente: si Finlandia insiste en ingresar en la Organización del Tratado del Atlántico Norte, se acabó el gas.

Y dicho y hecho. Rusia cerraba el grifo que suministraba gas a Finlandia el pasado sábado, 21 de mayo. En realidad, no supone un grave problema para los finlandeses cuyo consumo gasístico no supera el 8 %. Finlandia llevaba tiempo preparándose para esta eventualidad. Es más, Finlandia lleva tiempo preparándose para cualquier amenaza rusa, como una invasión o una guerra.

Para ser previsores ante un escenario así, el gobierno finlandés, junto a las autoridades locales de la ciudad de Helsinki, llevan aproximadamente dos décadas creando una red subterránea en el interior de la capital. Como si de una conexión de metro se tratara, las autoridades están de lleno interviniendo para crear esos pasillos y habitáculos internos, que sirven como refugio para toda la población en caso de que se produzca algún tipo de ataque.

Con el objetivo de aclarar los puntos más importantes y destacados de esta estrategia de defensa, hay que contar que, igualmente, Finlandia mantiene un servicio militar obligatorio para todos sus ciudadanos y para que estén preparados ante cualquier hostilidad que pueda producirse. En la Cadena COPE hemos tenido la posibilidad de hablar con Chema Gil, experto en geopolítica y Director del Departamento de Estudios de Seguridad del Instituto Universae.

El experto nos cuenta que "Finlandia es un país que tiene una verdadera cultura de sociedad de defensa", algo que forma parte de la creencia por la que consideraron necesario construir esos habitáculos y pasillos internos debajo de la ciudad. Con respecto a su servicio militar, hay diferencias destacadas si lo comparamos con el que hubo hace un tiempo en España. De hecho, indica Gil que "el servicio es obligatorio, aunque se divide en dos tipos".

El primero de ellos tiene un periodo de duración menor a un año, de una longitud asequible, en el que se trata de llevar a cabo una preparación militar más pura. La otra de las posibilidades cuenta con un servicio civil que es más largo, aunque eso sí, "es obligatorio realizarlo, y de no hacerlo, podría haber penas de prisión".

Lo que queda claro es que, tal y como apunta el experto en geopolítica y Director del Departamento de Estudios de Seguridad del Instituto Universae; "la cultura de la seguridad de defensa no se relajará a pesar de que entren en la OTAN", y es que en caso de que esto se dé, el pensamiento continuará siendo el mismo que se ha producido hasta ahora.