La transformación digital que llevamos viviendo desde hace unos años ha hecho que cambien nuestras formas de consumo así como las demandas de ciertos contenidos audiovisuales. Atrás han quedado, hace ya unos años, aquellas lecturas de thriller, novelas policíacas o de las denominadas del género negro que perviven en las estanterías de nuestras casas.

Ahora, con las nuevas plataformas y el auge audiovisual las pódcast y documentales son las que llenan nuestras bibliotecas virtuales y más cuando se trata de las que nos hablan del género true crimen que está arrasando en Estados Unidos y, también, en nuestro país.

¿Qué es el true crime?

El significado de true crime es ‘crimen real’, es decir, esta nueva narración sonora y audiovisual nos cuenta historias reales de asesinatos, secuestros, crímenes… que son conocidos y que a través de estos documentales o pódcast conocemos más datos y detalles.

Es como esas películas que nos advertían al principio con uns letras en las que se leí: ‘Basada en hechos reales’, para poner al espectador en situación de que lo que va a ver es algo que ha ocurrido en la realidad, en el mundo real y que, por tanto, no se trata de niguna ficción.

Y no cabe duda alguna que la cuna de los true crime son los EE. UU. con sus series documentales que se han convertido en las más vistas de las plataformas.

En España triunfan algunos como 'El Caso Wanninkhof-Carabante', el 'Caso Alcàsser' o 'Yo fui un asesino: el crimen de la Katana'.

¿Por qué triunfan tanto los documentales y pódcast de true crime?

Este ‘nueva’ tendencia impulsada por el crecimiento continuo de consumo de estos documentales y pódcast de true crime nos lleva a preguntarnos a qué se debe el triunfo de estos programas audiovisuales.

El profesor de Psicología de la Universidad CEU San Pablo, Amable Cima, nos explica que “muchas veces las personas intentamos ver reflejado, como una especie de transferencia, lo que les pasa a los demás pero a nosotros no nos pasa” y en este caso concreto “lo acaban viendo como si fuera una especie de película, una especie de ficción que de alguna manera nos prepararía psicológicamente para enfrentarnos a ellos”.

Como señala Cima, al tratarse de cosas malas como “torturas, asesinatos, secuestros… que no son situaciones agradables, hay ese componente emocional de desconexión, es decir, de verlo como algo que ocurre a los demás pero que me llama la atención”.

Para entenderlo, el profesor de Psicología nos pone el ejemplo de cuando vemos un accidente de tráfico o las propias campañas de Tráfico por nuestra seguridad que “lo vemos, nos revuelve por dentro y siempre pensamos que no nos va a ocurrir, pero ocurre”.

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¿Cuánto hay de morboso a la hora de ver estos programas?

Como ha comentado Amable, vemos estos programas porque “nos llaman la atención, es algo distinto”, por lo que a su juicio no responde a algo morboso sino a ese deseo que tienen algunas personas de ver, conocer “aquello que es distinto, oculto, raro”.

Uno de los documentales que está triunfando en España es ‘Una historia de crímenes’, una serie de seis episodios en los que se analiza en profundidad los crímenes más mediáticos de nuestro país: desde el caso de Diana Quer, pasando por el caso Bretón hasta el asesinato del pequeño Gabriel a manos de Julia Quezada. Y a esta serie hace referencia el profesor de Piscología comentando que “son crímenes de los que hemos oído hablar en prensa, radio, televisión… pero aquí están explicados desde el punto de vista humano, es decir, de lo que piensa la personas que comete los crímenes, de lo que piensan las víctimas… Y eso es precisamente lo que llama la atención”.

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Señala Cima que el hecho de ver estos documentales y podcast es “también una especie de aprendizaje”.

A pesar de que este profesor de Psicología siempre nos habla del hecho de que lo vemos como algo que no nos va a ocurrir a nosotros, sin embargo hay un momento que al espectador/oyente le puede provocar cierta animadversión, cierto rechazo ante lo que ve.

Y ese momento es cuando “la gente se da cuenta de que es la realidad y dejan de verlo porque es muy inquietante”. Esto sucede porque, como explica Amable, “mientras lo han visto como algo lejano, apartado… en cuanto son conscientes de que es la realidad, que puede estar ocurriendo ahora mismo; es cuando entra en juego ese componente de miedo, de preocupación, de mantener una distancia y no querer saber lo que ocurre porque me puede descompensar emocionalmente, y mucho”.