La tasa de abandono educativo en España empieza a revertir la curva de descenso que habíamos conseguido doblegar en la última década. En lo que va de año, el dato de abandono es del 13,7 %, 4 puntos por encima de la media europea, y solo por debajo de Rumanía.

Los datos de Eurostat y la Encuesta de población activa nos hablan de un descenso pronunciado del abandono educativo temprano en España, pero lejos de los objetivos que se fija la unión Europea para todos sus estados miembros y también de la media comunitaria. En 2008, en nuestro país dejaban los estudios en la ESO en 31,7 % de los jóvenes. Diez años después, ese porcentaje era del 17,9 %. Aun así duplicábamos, y aunque fue la bajada más importante, la media de Europa.

Tras un pico del 20 % en el año 2019, la curva de abandono vuelve a bajar, hasta el 13,2 % nuestro mejor dato hasta el momento, en el año 2020. A partir de ahí la curva de bajada empieza a invertirse lentamente. El año pasado el abandono rozó el 14 % y en el tercer trimestre de este año fue del 14,4 %, aunque la media del año se sitúa en el 13,7 %. En Europa la media es del 9,6 %. Solo nos supera Rumanía, con el 15,6 % de tasa de abandono educativo temprano. Nos siguen Hungría, Alemania e Italia con el 12 %. El objetivo europeo es bajar del 9 % en 2030. Damos pasitos, pero no llegamos.

Un mareo de cifras que tiene un porqué detrás, posibles soluciones y consecuencias serias para el futuro. Las analizamos.

¿Por qué estas cifras de abandono educativo temprano?

El abandono temprano de la educación-formación es, según la Encuesta de Población Activa, el porcentaje de personas de 18 a 24 años que no ha completado la educación secundaria de segunda etapa y no sigue ningún tipo de estudio-formación en las cuatro semanas anteriores a la de la entrevista.

Un sistema educativo rígido y un mercado laboral que no pide formación. Son dos aspectos que apunta Enrique Castillejo, presidente de los Pedagogos de España.

“La tasa de abandono prematuro educativo en España es muy parecida al comportamiento del desempleo -apunta Castillejo-, tenemos un mercado laboral excesivamente laxo en cuanto a la formación de su mano de obra, tenemos un sistema educativo excesivamente rígido, inflexible, que no anima a continuar con los estudios. Y si comparamos esas dos circunstancias, vemos como los chicos que están estudiando, por ejemplo Formación Profesional, y la abandonan, cuando les preguntas te dicen que sin el título también les pagan, porque puede trabajar en hostelería, en la construcción... esto parece explicar las altísimas e inaguantables cifras de abandono escolar temprano”. Señala el pedagogo la relación directa entre buena situación económica y abandono educativo. Los jóvenes vuelven a estudiar cuando las crisis les expulsan de esos trabajos para los que no les exigieron titulación.

¿Qué podemos hacer para rebajar esas cifras?

Enrique Castillejo señala como lo primero que la gobernanza del sistema educativo esté en manos de técnicos, y no de políticos, un sistema “que necesita un cambio de 180 grados y más fondos”. Faltan orientadores, compromiso de los empresarios para exigir esas titulaciones, formación para el profesorado, implicación de los padres, y por su puesto, nos explica, flexibilizar el sistema educativo.

La socióloga de la Educación, María Fernández Mellizo-Soto, señala dos aspectos de nuestro sistema educativo que deberían cambiarse para rebajar la cifra de abandono temprano. “Habría que reforzar la FP de grado medio, y derivar hacia ella a aquellos estudiantes a los que vemos flojear en la ESO”.

Además de incrementar las clases de refuerzo para ellos, reclama la investigadora “que la Educación Secundaria Obligatoria tenga un carácter más inclusivo. En España es desde mi punto de vista excesivamente académica, excesivamente pensada para chavales que van a ir a Bachillerato y a la Universidad, y debería ser más práctica e incluir a más perfiles de estudiantes que no necesitan matemáticas, física o historia tan elevadas para luego tener un título e ir al mercado de trabajo”.

¿Cuáles son las consecuencias de nuestra tasa de abandono?

La profesora de la Universidad Complutense de Madrid, aunque es optimista, cree que el abandono temprano es el problema más acuciante de nuestro sistema educativo. La prioridad a resolver.

El pedagogo asegura que esta situación nos aboca “a una falta de mano de obra bestial, a un aumento del desempleo, que crece muchísimo cuando la economía da un traspié, y tarda muchísimo en recuperarse, porque tenemos una falta de mano de obra cualificada enorme, y a un mercado laboral que no está respetando las normas del juego académicas, con lo cual, como fallamos en todos los palos de la mesa, tendrán que venir los economistas a decir cuántos años podremos aguantar esta situación, cuántos puede un país aguantar una situación donde el comportamiento del sistema educativo es tan parejo al desempleo que el propio sistema educativo crea desempleo. Me temo que pocos”.