La denominada 'Estrategia de Vigilancia y Control frente al Covid tras la fase aguada de la pandemia' fue aprobada el pasado martes por las autonomías y Sanidad en la Comisión de Salud Pública y, desde hoy, entra en vigor.

Destacan varias cuestiones de esta nueva estrategia para hacer frente a la covid-19. En relación al control del virus en la población general, los casos leves y asintomáticos no deberán realizar aislamiento y los contactos estrechos no realizarán cuarentena. Por tanto, se emitirán recomendaciones dirigidas a las medidas preventivas como evitar el contacto con personas vulnerables y la utilización de mascarilla en todos los ámbitos.

En los ámbitos vulnerables, como centros sociosanitarios o centros sanitarios asistenciales, "se podrán implementar medidas específicas de aislamiento y control", aunque el departamento dirigido por Carolina Darias no profundiza más sobre esta cuestión.

Respecto al trabajo, cualquier persona sin síntomas o con un caso leve puede acudir a su puesto laboral ya que no tiene obligación de guardar cuarentena aunque Sanidad aconseja el teletrabajo en la medida de lo posible. No obstante, la nueva estrategia frente al coronavirus puede subir cambios motivados por el lugar en el que se trabaje o por una complicación en la salud del contagiado.

El protocolo también varía para quienes trabajen en hospitales, residencias, centros sanitarios y sociosanitarios, centros de día o cárceles. Ahí los empleados no acudirán al centro de trabajo durante los primeros cinco días desde el diagnóstico para los asintomáticos o desde el inicio de los síntomas.

Una vez transcurrido ese tiempo, siempre que los síntomas hayan mejorado o no se haya tenido fiebre en el último día, estos trabajadores deben realizarse una prueba de antígenos. Si el resultado es negativo, pueden volver a su puesto de trabajo. Si por el contario el resultado es positivo, deberán repetirse el test a las 24 horas, hasta que no haya carga viral.

Por lo tanto, lo fundamental será que aquellas personas que den positivo cumplan las medidas de prevención para evitar la propagación de la covid-19 y, si su trabajo se lo permite, teletrabajar.

Sobre la mascarilla, seguirá siendo obligatoria en recintos cerrados y su uso continuará siendo un requisito indispensable tanto para contagiados como para el resto de ciudadanos. De hecho, Sanidad Pública incide en este punto a la hora de afrontar una jornada de trabajo con todas las garantías, teniendo en cuenta si alrededor hay una persona con sintomatología leve o una persona asintomática. El documento de la Comisión de Salud no concreta que es un caso leve aunque sí incide en cuáles son los criterios "de gravedad o mala evolución". Ese texto habla de síntomas como la dificultad para respirar o la fiebre de más de 38º grados mantenida durante más de tres días. En esos casos si es preciso llamar al médico y, si fuese necesario el desplazamiento, se aconseja también usar un vehículo privado.

Otro asunto que da un cambio drástico es la realización de pruebas diagnósticas. De acuerdo con la nueva actualización, la vigilancia deberá centrarse en los grupos más vulnerables. Entran en este colectivo poblacional aquellos que tienen mayor riesgo de desarrollar covid-19 grave y sus complicaciones como los mayores de 60 años, las embarazadas y los inmunodeprimidos. También se aplica a los que están más expuestos al virus como aquellos que viven o trabajan en centros sociosanitarios o sanitarios. Así, las pruebas están indicadas para los casos sospechosos de coronavirus. En el caso de pacientes con síntomas leves o compatibles con la enfermedad, la realización de pruebas no dependerá de la decisión de los médicos de Atención Primaria.