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Reclaman normas más estrictas para limitar el calentamiento global a los objetivos del Acuerdo de París

Europa Press

Tiempo de lectura: 3'Actualizado 01:02

Las políticas diseñadas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero han sido eficaces, pero se necesitan regulaciones más estrictas para limitar el calentamiento global a los objetivos de temperatura de París, según un nuevo análisis realizado por investigadores del University College de Londres (UCL), en Reino Unido, sobre los esfuerzos internacionales para luchar contra el cambio climático.

La investigación, publicada en la revista 'Annual Reviews of Environment and Resources', ha comparado el ritmo de las emisiones de gases de efecto invernadero en las dos últimas décadas con los esfuerzos mundiales para reducirlas.

Desde principios de la década de 2000, los gobiernos de todo el mundo han promulgado numerosas normativas para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero. Durante el mismo periodo de tiempo, las emisiones de gases de efecto invernadero han seguido aumentando, pero el ritmo de incremento anual se ha ralentizado en los últimos años, pasando del 2,3% anual entre 2000 y 2010 al 1,3% anual hasta 2014, cuando descendió a solo el 0,8% anual.

Estas políticas incluyen esfuerzos para reducir el uso de energía, bajar los costes de la tecnología limpia, limitar la deforestación y promover la energía limpia.

Los investigadores concluyen que si el mundo no hubiera adoptado esta serie de políticas de mitigación del cambio climático, se habría emitido a la atmósfera una cantidad significativamente mayor de dióxido de carbono durante el mismo periodo de tiempo.

Calculan que cada año se han emitido a la atmósfera entre 2.000 y 7.000 millones de toneladas menos de dióxido de carbono que en un mundo sin políticas de mitigación, lo que representa una disminución del 4% al 15%.

Aunque alentadoras, los investigadores advierten de que las reducciones son insuficientes para mantener las emisiones de gases de efecto invernadero por debajo de los niveles necesarios para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de sólo 1,5 a 2 grados centígrados de calentamiento con respecto a los niveles preindustriales.

Ben Hinder, de la UCL Bartlett School Environment, Energy & Resources y coautor del estudio, apunta que, "aunque se ha constatado que las políticas han cumplido su objetivo declarado de reducir las emisiones, el mundo sigue en la senda de la catástrofe".

"Es alentador comprobar que los esfuerzos realizados hasta ahora no han sido en vano, y las emisiones evitadas que hemos identificado demuestran que las políticas no han sido del todo superfluas en la ralentización del crecimiento de las emisiones --reconoce--. Sin embargo, esto sigue siendo sólo una gota en el océano y los esfuerzos políticos no sólo deben ampliarse y profundizarse drásticamente, sino también tomarse en serio la necesidad de detener cuanto antes el daño que estamos causando, por ejemplo mediante mandatos de tecnología limpia y prohibiciones de la tecnología contaminante".

Los investigadores descubrieron que las políticas que apoyan la adopción generalizada de tecnologías energéticas limpias, como las fuentes de energía renovables y los vehículos eléctricos, son las que más contribuyen a la disminución de las emisiones, con una reducción estimada de casi mil millones de toneladas de dióxido de carbono sólo en 2022.

Estas políticas impiden la emisión de carbono en origen, lo que, según los autores, es la mejor manera de frenar el cambio climático. Otras medidas, como la fijación de un precio al carbono (que grava las emisiones de dióxido de carbono), los esfuerzos para disminuir la deforestación y las políticas para reducir el consumo de energía, también demostraron ser eficaces, pero más limitadas.

Además, los tratados internacionales también resultaron ser impulsores eficaces de la reducción de los gases de efecto invernadero. El Protocolo de Kioto, adoptado en 1997, contribuyó a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 7% durante su primer periodo de compromiso, que abarcó de 2008 a 2012.

Las repercusiones finales del Acuerdo de París, firmado en 2015, aún no son evidentes por ser tan reciente, aunque los investigadores señalan como resultado positivo la adopción generalizada de objetivos netos cero y otros esfuerzos políticos.

Janna Hoppe, de la ETH de Zúrich (Suiza) y autora principal, afirma que, "aunque los esfuerzos actuales son muy insuficientes para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados, tres décadas de políticas de mitigación han reducido de forma demostrable las emisiones y nos han situado en una trayectoria que hace que alcanzar la neutralidad climática a mediados de siglo sea un objetivo defendible.

"Los esfuerzos de protección del clima no han sido en vano. Las políticas ya han conducido a una reducción perceptible de las emisiones de gases de efecto invernadero", añade.

Para realizar este estudio de revisión bibliográfica, los investigadores reunieron más de 1.500 artículos y analizaron los resultados de más de 300 de estos estudios sobre los efectos de la regulación de los gases de efecto invernadero.

El profesor Michael Grubb, también del (UCL Bartlett School of Environment, Energy & Resources, resalta que "este exhaustivo estudio demuestra que las políticas y normativas gubernamentales pueden mover, y han movido, la aguja de las emisiones de gases de efecto invernadero. Aunque los resultados globales han sido modestos hasta ahora, estos éxitos punteros no hacen sino subrayar que unas políticas más generalizadas y exhaustivas pueden (y deben) proteger el clima", añade.

El profesor Michael Grubb también fue uno de los autores principales del informe del Grupo de Trabajo III del IPCC sobre la mitigación del cambio climático del año pasado.

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