Los radares de tramo controlan la velocidad media a la que ha circulado un coche entre dos puntos. En este sentido, para evitar que reciba una sanción, el conductor deberá mantener una velocidad similar o inferior a la permitida durante todo el recorrido.

Los datos que obtienen este sistema son procesados rápidamente por un ordenador. Los radares de tramo calculan el tiempo que tarda un vehículo en recorrer un determinado espacio, por lo que si se detecta que ha circulado más rápido, el conductor recibirá una multa.

Por ello, debes saber que están libres de error, por lo que el margen del 7% no es aplicable a la hora de calcular la velocidad a la que ha circulado el coche. Por lo tanto, en una autopista que esté limitada a 120 kilómetros por hora, el conductor recibirá multa nada más superar dicha velocidad. Es decir, a 21 kilómetros por hora ya será multado.

¿Qué sanciones se dan por el exceso de velocidad?

Dependiendo de cuánto corra de más un conductor por encima de los límites permitidos, el castigo le conllevará solo multa o también la detracción de puntos del carnet y, en los casos más extremos, la privación de conducir vehículos a motor o incluso prisión. Concretamente, la sanción económica parte de los 100 euros y va aumentando hasta los 600 euros en proporción a exceso de velocidad. Lo mismo sucede con los puntos a restar, que pueden ser de 2 a 6.

El artículo 379 del Código Penal tipifica como delito contra la seguridad vial algunos excesos de velocidad. Tal es el caso cuando se supera en al menos 60 km/h la velocidad permitida en vía urbana o en 80 km/h en vía interurbana. La pena aplicada puede ser de 3 a 6 meses de cárcel, multa de 6 a 12 meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días y la privación de conducir vehículos a motor y ciclomotores desde uno a cuatro años.

A tener en cuenta

Es importante recordar que, desde el pasado 21 de marzo de 2022, con la entrada en vigor de la modificación de la Ley de Tráfico, se sanciona la mera tenencia de un detector de radar con 500 euros y la pérdida de 3 puntos; antes se castigaba solo su uso durante la conducción, pero las autoridades efectuaron este cambio en la normativa porque entienden que quien lo lleva instalado es para utilizarlo.

Los detectores pueden localizar un cinemómetro mediante las ondas que emite y avisar de su ubicación. Esto permite saber dónde se encuentra exactamente un control y eludirlo. Resulta especialmente efectivo para identificar los radares móviles. Su uso, al igual que el de los inhibidores, está prohibido. El único sistema legal que se puede utilizar es el avisador, que ofrece alertas de dónde se encuentran los radares fijos y de tramo que previamente ha anunciado la DGT en su web. Simplemente, comparten una información que ya de por sí es pública.

Por otro lado, la nueva normativa prohíbe a los conductores de turismos y motocicletas incrementar en 20 km/h la máxima permitida en carreteras convencionales para realizar adelantamientos. Así, para realizar esta peligrosa maniobra no se podrán sobrepasar los 90 km/h, que es el límite establecido en este tipo de vías. Rebasarlo supondrá una infracción de tráfico.