Tres de cada diez españoles crecen sin hermanos. Ser hijo único ha pasado de ser algo aislado a una tendencia y todo por la fuerte caída de la natalidad de más del 28 por ciento en la última década. En 2021 nacieron 337.000 niños en España, según datos del Instituto Nacional de Estadística, es un 1,2 por ciento menos respecto al año anterior. Nacieron 4.000 bebes menos que en 2020. Y en 2022 continúa con ese descenso con un nuevo mínimo histórico de nacimientos en septiembre, de apenas 28.000 bebés, un 8 por ciento menos que en 2019.

La media de hijos por mujer española es de un 1,19, valor similar al registrado en 2020. En España hay ahora mismo más de 18 millones de familias, de los cuales 5 millones están formadas por hogares con un solo hijo, lo que equivale al 18 por ciento.

Familias con un solo hijo

Las familias que deciden tener un solo hijo en España también han ido creciendo en los últimos años. Según el último informe, “El déficit de natalidad en Europa. La singularidad del caso español” de la Fundación La Caixa España es uno de los países donde más ha aumentado el número de familias con un solo hijo.

El porcentaje de hijos únicos es del 27,6 por ciento, es 4 veces superior al de la generación nacida en 1940, que era de solo el 7,4 por ciento. Uno de los motivos de la baja natalidad es la postergación de la maternidad. Entre 1980 y 2011 la edad para ser madre era de los 25 a los 30 años. Ahora mismo, la edad media de la maternidad se sitúa en los 32,6 años, tres décimas más que en 2020. Los nacimientos entre mujeres mayores de 35 años representan el 18 por ciento. Y, el último año solo creció la natalidad en las mujeres de mayores de 45 años.

¿Qué impacto tiene crecer sin hermanos?

Según Juan de Haro, del gabinete psicológico CISAF, Centro de Intervención Social de Apoyo a la Familia: “ser hijo único en sí, no marca. Ser hijo único marca si el estilo de los padres es permisivo y toda la atención se centra en el cuidado exagerado hacia el hijo”.

El estilo educativo de los padres es fundamental. Se dice que un niño que es hijo único será siempre más consentido, pero de Haro dice que eso es solo un mito: “es cierto que tener hermanos contribuye a un desarrollo de la capacidad de relación, es importante que los niños aprendan a frustrase. Si no tienes un hermano se puede suplir poniendo límites y favoreciendo la relación con amigos”.

También es otro mito que los hijos únicos son más imaginativos. La imaginación la fomentan los padres dando espacio para pasar tiempo solo o fomentando la lectura, eso es algo que es independiente de que seas hijo único o tengas tres hermanos.

No existen desventajas por ser hijos únicos, solo riesgos. Riesgo de que crezcan personas muy orientadas hacia sus propias necesidades. Y según el psicólogo Juan de Haro, eso se puede trasladar al mundo laboral o de pareja: “no tener un hijo que ha experimentado límites y que le digan que no, a la primera dificultad que tenga, saldrá corriendo o huyendo”.

Otro riesgo de ser hijo único es que normalmente centran toda la atención de los padres, esto puede ser contraproducente porque puede transmitir inseguridad al niño ante algunas situaciones. Los hijos únicos suelen vivir bajo la presión de cumplir todas las expectativas que la familia ha depositado sobre ellos.

Susana: me habría gustado tener hermanos

Susana forma parte las 5.175.200 familias con un sólo hijo en España. Ella lo tiene claro “no me gusta ser hija única. De pequeña te aburres mucho y de mayor, echas de menos tener un confidente al que contarle tus cosas y recurrir antes que a tus padres”.

Susana tiene 29 años y vive en Madrid. Echa de menos tener hermanos: “me da envidia sana mis amigos con hermanos. Aunque es cierto que he tenido la suerte de crecer muy unida a mis primos”.

Mucha gente le dice que crecer como hija única tiene muchas ventajas, porque no tienes que compartir y todo va para ti, pero Susana nos ha dicho que en su casa no fue así, “he tenido la suerte de crecer con unos padres que me han puesto límites y me han dicho que no cuando era un no. Yo no he tenido privilegios”.

En su caso lo peor de ser hija única es no tener un confidente: “creo que lo más bonito que tiene la gente con hermanos es ese vínculo”. Además, admite que “de pequeña te aburres mucho y cuando viajas en familias, con tus padres, es cómo si viajaras tu sola”.