Si hay algo que muchos dueños de mascotas hacen, es permitir que estas se suban a la cama para dormir con ellos. Aunque muchas personas rechazan este hábito, es verdad que es una práctica muy común en quienes tienen perros o gatos, ya que dormir con ellos da una sensación de paz y seguridad muy grata. Sin embargo, después de varias investigaciones científicas y veterinarias, los especialistas llegaron a la conclusión de que es necesario evitar que los animales lo hagan. Pero no es tan fácil conseguirlo en algunos casos.

A veces es complicado en el caso de los gatos. Siempre se ha dicho que el perro es el mejor amigo del hombre y se le ha atribuido el rol de bueno, fiel, noble, afectuoso, inteligente y obediente. A estos animales se les considera muy a menudo traviesos, ariscos, traicioneros, interesados e impredecibles. El entorno y el trato que tengamos con ellos es muy importante. Necesitan un mínimo de recursos para ser felices. Un buen comedero, bebedero y arenero permiten cubrir sus necesidades fisiológicas, pero requieren de otros elementos para mejorar su bienestar físico y emocional.

---

---

Pero la realidad también muestra que son muy comunicativos y hacen uso de todos sus sentidos para transmitir un estado de ánimo y hacerse entender. Lo hacen a través de señales visuales, olfativas, auditivas y táctiles, aunque no todas son fáciles de comprender. Los gatos, si están a gusto en casa, aportan multitud de beneficios, como compañía, tranquilidad, calma y sosiego. Si se les entiende, pueden convertirse en el mejor amigo del ser humano. Eso es lo que intentan con un gesto que han vivido todos aquellos que tienen un gato en casa.

Un okupa

Si tenemos como mascota a un gato, es difícil que no acabe encima de nuestra cama en algún momento. La libertad de movimientos por toda la casa implica casi necesariamente explorar la habitación y por ende que pruebe lo mullido que es nuestro edredón. Impedir que elija ese lujo como su cama favorita es muy difícil, pero deberíamos intentarlo, ya que son numerosos los problemas que nos puede ocasionar el colecho con ellos. Aun así, esta situación la describe un viral usuario de Twitter con una publicación en la que muchos se han sentido representados.

---

---

"Pasos para hacer la cama: Bajar al gato, poner la sábana, bajar al gato, poner la manta, bajar al gato, poner el edredón y dejar al gato porque ya total...", esgrime el usuario afectado por un gato okupa. Hay muchos estudios que demuestran que el compartir cama con ellos puede favorecer el desarrollo de alergias por los restos de pelos y descamación que liberan en nuestra ropa de cama. Además, corremos el riesgo de algún mordisco o arañazo furtivo, si deciden jugar con nuestros pies o manos a las 3 de la madrugada.