Es uno de los electrodomésticos que mas utilizamos. Nos permite cocinar sano, con pocas grasas y sin apenas ensuciar la cocina. Pero lo cierto es que al estar oscuro y lejos de nuestra vista no lo limpiamos tanto como deciéramos. No solo acumula grasa, también bacterias que pueden perjudicar nuestras comidas y nuestra salud. Además cuidarlo es garantía de un buen funcionamiento durante más tiempo.

Cierto es que en el mercado encontramos muchos productos para su limpieza, pero no dejan de ser químicos, por eso no está de más tener en cuenta lagunas alternativas naturales, económicas e igual de eficaces.

En esta limpieza casera entran en juego tres potentes quitagrasas y antisépticos que tenemos al alcance de la mano; el limón, la sal, el vinagre y el bicarbonato de sodio. Eso sí, mejor mantener la ventana abierta mientras realizamos la limpieza.

LIMÓN

Exprimir el jugo de tres limones y verterlo en una fuente especial para horno durante media hora a 350 grados. Cuando termine se retira y se limpian las paredes con un trapo.

VINAGRE

Si no es mucha la suciedad o como limpieza sencilla después del uso habitual, basta con preparar en una botella con spray, mitad agua mitad vinagre, y pulverizar sobre las paredes del horno. Después, calentarlo durante 10 minutos a unos 100 grados y una vez se enfríe, limpiar con un paño húmedo. Si la suciedad se nos resistiera, en lugar de la bayeta se puede frotar con un estropajo.

PASTA DE BICARBONATO Y VINAGRE

Es uno de los trucos más efectivos contra la suciedad incrustada en el horno. Consiste en poner en un bol 15 cucharadas de bicarbonato, 5 de agua caliente y 3 de vinagre, hasta que se forme una pasta lo suficientemente densa como para que se pueda adherir a las paredes del horno. Se extiende por todo el aparato con la ayuda de las manos y se deja actuar al menos dos horas, aunque lo ideal es dejarla reposar durante toda la noche. Poco a poco se va viendo como la propia pasta va absorbiendo la suciedad y se va oscureciendo.

Después se retira la mezcla con la ayuda de un trapo húmedo.

SAL GRUESA

De nuevo se prepara una mezcla, esta vez con medio litro de agua y unos 300 gramos de sal gruesa que se esparce frotando por las paredes del horno. Se deja actuar una media hora y después se retira y se limpia con un paño húmedo.

PREVENIR

Para conseguir que el horno no se ensucie tanto y que tengamos que redoblar los esfuerzos de limpieza es muy recomendable cubrir las bandejas con papel de aluminio o de horno y a ser posible rociarlo con la mezcla de agua y vinagre después de cada uso. Eso ayudará a mantenerlo a raya entre limpieza y limpieza.