Hay que reconocer que a veces hay que ser valiente para abrirlos. La mayoría de los hogares españoles cuenta con un cajón lleno de cables y cargadores de teléfono móvil que o se han quedado antiguos o ya no sirven porque el terminal ha cambiado. En un mismo hogar puede haber un cargador para el móvil, otro para la tablet e incluso un tercero para el libro electrónico o la cámara de fotos.

Los cargadores además, son indispensables ya que las baterías no son eternas, de ahí, que pasar una noche fuera de casa se convierta en ocasiones en un quebradero de cabeza. Los cargadores nos acompañan en nuestro día a día porque de alguna manera somos conscientes que si se acaba la batería del teléfono algo de nosotros se está perdiendo también.

La Comisión Europa quiere poner en marcha un cargador universal que sirva para todo tipo de dispositivos. Una iniciativa que haría más fácil la vida de los ciudadanos. Además, con esta medida se cuidaría más todavía el medio ambiente. Según cálculos de la propia institución, este tipo de cables y cargadores generan más de 500 millones de toneladas de residuos tecnológicos al año.

Bruselas reconoce que se ha trabajado mucho en los últimos años y recuerda que en 2008 había 30 tipos de puertos de carga diferentes. En estos momentos, hay entre los dispositivos que salen al mercado tres tipos de carga, una reducción importante pero que todavía sigue generando incomodidad entre los usuarios.

El aplauso es unánime entre los usuarios. El problema a partir de ahora va a ser poner de acuerdo a las grandes multinacionales que fabrican estos dispositivos. Muchas empresas aseguran que diseñar terminales con un solo puerto de carga limita la innovación y precisamente la tecnología está en un cambio constante.

Bruselas ya se ha puesto a trabajar en ello. Veremos si en los próximos años todos los teléfonos móviles por ejemplo tienen el mismo cargador.