Los vecinos de Ciudad Rodrigo (Salamanca) han comenzado este viernes a levantar su plaza de toros efímera para un Carnaval del Toro especial: el primero con esta tradición centenaria declarada bien de interés turístico cultural de carácter inmaterial.

"Este año vamos a homenajear a los artífices de que esta tradición se haya mantenido desde 1418, la construcción de una plaza que se termina en tres días y cuya supervivencia está garantizada por el arraigo y el relevo generacional", ha explicado a EFE el alcalde mirobriguense, Marcos Iglesias Caridad.

El coso se monta y se desmonta cada año en la plaza Mayor de la localidad para acoger los festejos taurinos del Carnaval del Toro, una de las fiestas populares más antiguas de España, que este año se celebra entre el 9 y el 13 de febrero y que tiene su centro neurálgico en este espacio.

La construcción comienza el viernes previo a la celebración del carnaval, cuando abuelos, padres e hijos levantan un entramado de vigas, tablas, largueros, forros o cuñas, todo bien aferrado con las conocidas puntas de "veinte-ciento" y alguna otra brida, y constituido por cuarenta y siete tablaos, que se obtienen en una subasta popular, y cinco puertas.

"La tradición taurina popular está en muy buen estado en Ciudad Rodrigo. El relevo viene a través de las familias, de las peñas, está garantizado y es un síntoma de que la tradición sigue muy viva", ha celebrado el alcalde del municipio salmantino.

En julio de 2023, los mirobriguenses recibieron la esperada noticia de la declaración de bien de interés cultural para su estimada tradición, un hecho que en este Carnaval del Toro será el motivo central de celebración.

Desde este viernes y durante el fin de semana, se vivirá en Ciudad Rodrigo el tradicional ambiente festivo que acompaña la construcción de la plaza, que se desmontará el Miércoles de Ceniza, siguiendo el ciclo que repite este ritual ancestral año tras año.

Toros y carnaval desde 1732

Más de 200 vecinos participan en el montaje y suelen verse hasta tres generaciones de una misma familia. Esta construcción solidaria es el elemento más característico del peculiar Carnaval del Toro: un festejo que combina los disfraces con los toros desde 1732.

La referencia más antigua de la plaza efímera de Ciudad Rodrigo data de 1418. Desde entonces ha sido el referente taurino y el enclave oficial para la celebración de todo tipo de festejos, si bien las primeras fuentes que vinculan toros y carnaval son del siglo XVIII.

Se trata de una plaza de toros “atalancada”, construida enteramente en madera, que se monta y se desmonta mediante la labor artesanal de los ciudadanos que, organizados en diferentes gremios, participan año tras año en su construcción.

El coso tiene forma cuadrangular, con unos 955 metros cuadrados, 55 metros de largo y 18 de ancho. Está formado por cinco puertas y cuarenta y siete “tablaos”, que se obtienen en una subasta popular. Los soportales y planta baja de la Casa Consistorial se convierten en toriles durante los días de carnaval.

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