El invento del festejo con ocho toros como cierre de estas atípicas Colombinas resultó lo que se presuponía de antemano. Un auténtico pestiño de una duración eterna. Casi tres horas y media de festejo para poner el solfa la afición del más pintado.

Había amanecido Huelva este tres de agosto como trending topic por culpa de esas imágenes del día anterior con los tendidos de La Merced en los que parecía que no se respetaba la distancia de seguridad. No está la cosa para jugar con fuego y de ahí el cruce de reproches y comunicados entre ayuntamiento y empresa en los que se intentaron descargar ambos de responsabilidades. Al final, se volvieron a ver las mismas imágenes cuando se prioriza el porcentaje del aforo sobre la distancia real del metro y medio entre personas.

El maratoniano festejo, a la postre, resultó tedioso y de escasos argumentos artísticos. La corrida de Juan Pedro Domecq adoleció de raza y motor. Los toros para rejones de San Pelayo sacaron nobleza, pero la actuación de Romero no pasó de discreta.

El rejoneador onubense partió plaza firmando una actuación muy desigual en ajuste y en la colocación de las banderillas. Con demasiados dientes de sierra la faena que tuvo como virtud un cierre con tres buenas banderillas cortas a lomos de ‘Chamán’ y un certero rejón de muerte que tumbó al de San Pelayo. La oreja cayó con el beneplácito de los paisanos y del presidente.

Enrique Ponce, que a estas alturas ya encabeza el escalafón de esta ‘nueva normalidad’, lidió en primer lugar una ejemplar de Juan Pedro de manejable condición, pero escasa emoción por su falta de casta. Faena kilométrica del valenciano, que tiró de oficio y cierta estética demasiado ampulosa para intentar llegar a los tendidos. Todo quedó en una ovación final tras una estocada casi entera.

El segundo ‘juampedro’ salió casi picado de chiqueros y el poco resuello que le restaba se lo terminó de agotar Sebastián Castella en el inicio de faena. Seis estatuarios sin enmendar terrenos de asfixiante ajuste que llegaron al tendido pero que dejaron exhausto al toro. La faena del francés siguió sus clásicos patrones. Temple y técnica en el toreo por ambos pitones aprovechando la almibarada embestida de su oponente y un final en la distancia corta. No se salió del guión Castella. Una estocada muy baja restó peso a la oreja que paseó.

David de Miranda se las vio como primero de su lote con un animal que se desfondó nada más comenzar la faena de muleta. El torero local puso tesón en un notable quite por saltilleras y después para exprimir los cansinos viajes de su oponente. Un pinchazo y perfecto volapié dieron paso a una dadivosa oreja.

Con el cuarto se repitió la historia. Tras una labor deslavazada, Romero tuvo que recurrir a “Guajiro” para caldear los tendidos a base de doma con el caballo andando sobre las dos patas traseras. El fallo con el rejón de muerte hizo se esfumase la posibilidad del triunfo.

El sexto fue otro toro justito de todo con el que Ponce realizó un trasteo plano en el que predominó el toreo periférico y de escaso compromiso. La ovación final recompensó lo hecho.

Cercanas ya las diez de la noche y después de casi tres horas de festejo, alguien recriminó con pitos la insistencia de Castella por alargar un trasteo que no iba a ningún lugar ante un animal muerto en vida. La estocada volvió a viajar a los bajos del costillar.

Casi metidos en la madrugada y con pocas esperanzas ya en una remontada imposible, saltó el anovillado octavo. Sin clase y rajado, De Miranda tiró de ganas para volver a dejar un expuesto quite por gaoneras y una faena por encima de las escasas condiciones del toro. Lo mejor, la estocada volcándose sobre el morrillo del toro. La oreja recompensó el conjunto pero no redimió a la tarde en su conjunto.

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FICHA DEL FESTEJO

Huelva, lunes 3 de agosto de 2020. 2ª de Feria. Algo menos de la media plaza permitida.

Dos toros para rejones de San Pelayo, despuntados para rejones. Manejables. Seis toros de Juan Pedro Domecq, de correcta y amable presentación y de nula casta. Manejables en distinto grado.,

El rejoneador Andrés Romero, oreja y saludos.

Enrique Ponce, saludos y saludos.

Sebastián Castella, oreja y saludos.

David de Miranda, oreja y oreja.