Los matadores de toros José Fernando Molona y Víctor Hernández, que cortaron una oreja a cada uno de los toros de sus respectivos lotes, salieron a hombros al final de la corrida eliminatoria de la Copa Chenel celebrada hoy en la localidad madrileña de Valdemoro, que reabría su plaza de toros catorce años después.

Esa reapertura se vivió con expectación en Valdemoro, hasta el punto de que se puso en las taquillas el cartel de "no hay billetes", con un público entusiasta que presenció la lidia de tres toros de Flor de Jara, de origen Santa Coloma, y otros tantos de Ángel Luis Peña, estos en los lugares 2º, 3º y 4º, todos bien presentados.

El mejor toreo de la tarde llevó la firma del albaceteño José Fernando Molina, especialmente con el segundo de la tarde, bravo y enclasado, al que le hizo una faena completa, con capote y muleta hasta que, después de una buena estocada, la presidencia le negó una segunda oreja pedida por mayoría. Pero dobló ese premio anterior con el quito de Flor de Jara, con el que mostró su capacidad y oficio.

También paseó sendos trofeos el alcarreño Víctor Hernández, ayudando primero a un toro de Peña con las fuerzas justas y mostrando también su buen hacer con el sexto, muy descastado, al que mató de un feo bajonazo que le impidió también cortar una tercera oreja.

Por su parte, el francés Thomas Joubert, apechó con los dos toros de menos opciones de cada hierro, y se hubo de conformar con el escueto resultado de una ovación en uno y de silencio en el otro, a pesar de su buena disposición.