Es la tanda de la que todo el mundo habla desde el pasado domingo. El vídeo que circula por móviles y se ha hecho viral por redes sociales.

La tarde de José Tomás, tres orejas y un nivel de toreo muy por encima del ganado lidiado, tuvo como cumbre una tanda por el pitón izquierdo que sumó un total de doce muletazos. Doce naturales ligados a un toro de Garcigrande que tuvieron como previa un cambio de mano por la espalda y el epílogo de un pase de pecho.

Una docena de muletazos donde se condensó la tauromaquia del José Tomás de los últimos años. Lejos queda el toreo monumental que conquistó Las Ventas a finales del siglo pasado y que le lanzó a la leyenda. O también el José Tomás amanoletado, más vertical, que dijo adiós a los ruedos en 2002. Lógicamente, su toreo quedó señalado para siempre después de la brutal cogida de Aguascalientes en 2010.

Estéticas aparte, el actual José Tomás mantiene sus señas de identidad de siempre y en esta tanda se resume el concepto del torero de Galapagar, basado en la quietud, el compromiso, el ajuste, la profundidad y esa búsqueda de ralentizar, de reducir las embestidas a base de mandar sobre la voluntad del animal.

Los toques precisos para sacarse la embestida del toro y después llevarla más allá de donde los mortales podríamos imaginar. Quizá no todo sea perfecto, pero la perfección aleja los sentimientos y enfría el alma.

Y si a todo ello se le suma la intención de ligar más allá de la decena de muletazos, el resultado es la explosión del toreo más rotundo y puro.

El toreo bueno, al fin y al cabo, es lo que tiene. Que emociona y conmueve. Y eso consiguió José Tomás con esta tanda de 12 naturales 12 que son ya historia y cumbre de esta temporada. Y de muchas…