El torero Tomás Campos ha dicho adiós a la temporada tras confirmase que sufre la fractura de la tibia y el peroné izquierdo que se produjo al sufrir una voltereta en la corrida de este miércoles en Cenicientos (Madrid), informa la oficina de prensa del joven espada extremeño en sus redes sociales.

El toro, de la ganadería de Toros el Torero, le echó mano en un momento de la faena de muleta, levantándole por la altura de la ingle y, en la caída, fue cuando Campos sufrió la fractura, librándose, eso sí, de la cornada.

Chacón puntúa con un buen toro de El Torero y Campos se fractura el tobillo

La Feria del Toro de Cenicientos comenzó este miércoles con una corrida de Toros de El Torero que enlotó tres buenos astados.

Sixto NaranjoCenicientos (Madrid) 14 ago 2019 - 21:00

Pero pronto se vio que la cosa era seria, primero porque rápidamente se advirtió que el pie parecía como descolgado, motivo por el que las cuadrillas trataron de inmovilizárselo camino de la enfermería donde en un primer momento fue asistido de "luxación con fractura del maléolo tibial izquierdo con desplazamiento de la articulación".

En un primer momento fue trasladado al hospital Ramón y Cajal, de Madrid, donde el estudio radiológico al que fue sometido confirmó los peores presagios: fractura de tibia y peroné izquierdos, y otra más, la del quinto metacarpiano de la mano izquierda.

Según ha podido saber Efe, en las últimas horas ha sido operado la clínica Fremap de Majadahonda, una intervención que ha salido bien, y que, de no experimentar ninguna complicación, podría ser dado de alta durante el fin de semana para continuar con su recuperación en su domicilio.

Una recuperación que se prevé larga, de al menos "cuatro o cinco meses", según aseguraba el médico de la plaza de Cenicientos, Joaquín Olmeda, lo que significa que se acabó la temporada para este diestro, que, además de haber estado muy bien en la corrida de Cenicientos, es uno de los jóvenes toreros más esperanzadores por el concepto que atesora y la manera de querer hacer las cosas.

En Madrid, este San Isidro, ya dejó su impronta con una deslucida corrida de Las Ramblas, algo que le había servido para firmar alguna corrida de toros este verano y tratar así de sacar la cabeza de ese lugar de nadie en el que suelen instalarse muchos toreros que toman la alternativa ante la falta de oportunidades.