Activistas de Greenpeace informarán durante toda la semana a los consumidores sobre el origen de los productos cárnicos y el impacto ambiental de ganadería industrial, colocando etiquetas en las bandejas de carne que se venden en supermercados de 20 localidades españolas.

Según la organización ecologistas que lleva tiempo advirtiendo de los impactos de las macrogranjas de animales, la etiquetas de los paquetes de carne no permite al consumidor conocer el origen de los productos que adquieren "ni, mucho menos, el daño ambiental que generan".

La ganadería es responsable del 19 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) -responsables del calentamiento global-, cifra por encima del 14,5 % estimado hasta ahora, y de buena parte de la contaminación de las aguas por nitratos de los purines de los animales de las granjas, según un comunicado de la ong.

En España, el sector agrario fue el único que incrementó sus emisiones en 2020 "y, en gran medida, este ascenso se debió a las emisiones provenientes de la ganadería industrial".

Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, el sector agropecuario es el tercer mayor responsable de las emisiones GEI en España, con un 14 % de emisiones totales. De éstas, la ganadería es responsable del 65 % de las emisiones, es decir, la gran mayoría.

Greenpeace añade que el sector agrícola es el responsable del 63 % de las emisiones totales de metano -el segundo gas GEI con más emisiones en España- y, la ganadería, del 98 % de las mismas.

La organización explica que con esta acción pretende que los consumidores conozcan el impacto que tiene la carne que consumen y sepan cómo esas explotaciones industriales, donde se crían y se ceban los animales, "contribuyen a la destrucción del entorno en muchas localidades en España".

Las macrogranjas son el "exponente máximo de las ganadería industrial, un modelo muy nocivo" y que gran parte de la población continúa desconociendo, según la ong, sobre todo la concentrada en las grandes ciudades y que compra estos productos en supermercados.

La publicidad para promover el consumo de estos productos muestra a animales libres en el campo, señala Greenpeace, cuando, en realidad, viven y crecen encerrados en inmensas naves industriales, generando "enormes" niveles de contaminación atmosférica y de las fuentes de agua.

Greenpeace recuerda que la contaminación del agua por nitratos, un problema "tan grave en nuestro país", llevó en 2018 a la Comisión Europea a abrir un procedimiento de infracción contra España 2018/2250.

Ante la inacción de las administraciones, el pasado mes de diciembre, la Comisión decidió llevar a España ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea por incumplimiento de la Directiva de Nitratos, lo que "podría derivar en una multa millonaria".

Las etiquetas de los productos pretenden seducir a las personas que el consumo de estos productos proporcionan "supuestas condiciones de salud y bienestar animal", cuando la realidad "es muy diferente".

Con esta campaña, Greenpeace tiene el objetivo de despertar la conciencia de los consumidores y mostrar el "gran poder" que tienen para "enviar un mensaje firme a las empresas y administraciones".

Por ello, "para actuar, debemos saber cómo se genera nuestra comida", asegura el responsable de agricultura de Greenpeace España, Luis Ferremín, quien subraya que "por nuestra salud y la del planeta, es urgente una reducción drástica" de la cantidad de productos de origen animal en la dieta de cada persona y que, aquellos que se consuman, "provengan de la ganadería ecológica y local".

Según la ong, a pesar del aumento de las emisiones GEI de las actividades ganaderas, la industria "se sigue resistiendo a asumir su responsabilidad", busca falsas soluciones como huída hacia adelante y perpetúa el mismo y destructivo modelo industrial".